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Paraguay y México se encontraban platicando durante un descanso en la sede.

-Y entonces me encontré con Egipto. Y que crees, que le pido que me deje verlas y pues dijo que si y se las vi.

-¡¿A Egipto?! ¿Pero él no es muy, como digo, puritano?

-Sí, pero no resistí la curiosidad. Claro que no fue gratis. Me pidió ver las mías. A pero me dejo tocar las suyas, son suaves, pero firmes.

-Ay, qué envidia.

-Shh, que si te oye Rusia se va a enojar.

Demasiado tarde. Cierto eslavo caminaba rápidamente buscando al egipcio. Le encontró platicando con Uruguay.

-¿Qué fue lo que le enseñaste a México y que te mostró ella?- eleva al tricolor árabe.

-Rusia, espera. No respiro.

-Habla.

-Las alas, fueron las alas.

Le deja caer.

-Ah, le enseñaste tus alas. Espera. ¿Le viste las alas a México?

-Egipto, ¡Corre!

-México, ven rápido, Rusia está persiguiendo a Egipto por la sede.

-Mierda.

Me pregunto qué le haría a USA si se entera que me llevo volando en más de una ocasión...

Piensa mientras corre a buscar a su marido.

Ruso y latinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora