Bienvenidos

61 12 16
                                    

Aquí Azteca, Mexica y URSS estan vivos.

Ya estan a casi nada del parto. En dias próximos la pareja iria al hospital para esperar. En ese momento todos estaba discutiendo en la sala de la casa de España.

-¿Y como se va a llamar el crio?

-Aun no decidimos un nombre.

-Si es niña puede ser Quetzalli o Metztli. Si es niño Itzae o Yunuen.

-Podemos ponerle Shura, al final es para ambos.- URSS tiene una mano en su mentón.

-¿Qué tiene de malo Lucia o Martin?- España se coloca una mano en la cintura.

México siente algo entre sus piernas.

-Fuente.

-¿Fuente? ¿En azteca, ruso o español? Aunque un niño que se llame fuente es algo raro.- Mexica le pregunta.

-No papá. Fuente, de rompí la fuente.

-Ah, era eso.

Todos guardan silencio.

-¡¿Qué rompiste la fuente chamaca?!

-Cálmense todos. Rusia, enciende el auto.- Azteca comienza a ordenar.

-Si señor, digo señora.

-URSS trae la maleta. España, tú y Mexica se van en el otro auto.

-¿Por qué con él?- Mexica protesta.

-Ya, obedezcan.

Todos comienzan a moverse, salen de la casa, mientras México está sentada en el sofá. Espera algunos minutos.

-Cariño, ¿Qué haces ahí? Vamos, despacio.

Rusia se regresa y le toma del brazo.

-Esperaba que me dijeran cuando subir al auto.

Azteca es quien acompaña a México en la sala de parto. Rusia simplemente no tuvo estomago para eso. Algunas horas después la mayor sale con una cara sin expresión.

-Rusia, hijo. Tienes que ser fuerte.

-¿Le paso algo a México?

-Solo pasa y mira.

Con nervios Rusia abre la puerta de la habitación. México le recibe con una sonrisa.

-Amor, ven a ver a nuestros hijos.

-¿Nuestros?

-Si niño, fueron dos.

-¡¿Dos?!- el resto de los mayores mira a Azteca, sorprendidos.

-Al parecer uno se escondía detrás del otro durante los ultrasonidos. Si asi eran en la panza no quiero ni imaginar cómo serán afuera.

-Dos...dos... ¡Dos!

Un niño y una niña duermen entre los brazos de la latina. Ella se los da a Rusia.

-Él es Zaia; y ella Irisa.

-Son perfectos. Gracias.

-Ya veo a mi Zarevna con una ballesta, será como una valkiria.

-Tas loco. Un arco y flecha como su madre.

Los niños empiezan a quejarse.

-Ustedes, hacen llorar a mis nietos y visitaran el Mictlan antes de tiempo. –Azteca les mira con rostro aterrador.

-Lo sentimos.

Rusia se los devuelve a México.

-Bienvenidos mis pequeños.

Ruso y latinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora