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No vengas hoy a mi casa.

Rusia estaba extrañado. Solo esas palabras recibió como mensaje. Sin emojis, sin palabras melosas. Ni parecía un mensaje propio de su morena. Decidió cerciorarse que todo estaba bien. Tomo una caja de galletas de mantequilla (las favoritas de ella) y fue para la casa. Tocó pero no hubo respuesta. Saco del escondite la llave de repuesto y entró. Todo estaba en silencio. Antes de gritar el nombre de la latina distinguió una luz de una de las habitaciones. Al asomarse se encontró con México en un escritorio con una montaña de papeles de un lado y una laptop enfrente. Ella mira ligeramente por encima de sus lentes, vuelve la vista a la pantalla.

-Te dije que no vinieras hoy- recibe como saludo.

Esto desconcierta un poco a Rusia. Ella debía de estar muy estresada para tener esa actitud hacia él.

-Per...perdón. Solo quería saber que estabas bien.

-Um.

Ambos se quedan así algunos segundos, con ella revisando papeles y tecleando en la computadora y el observándola desde la puerta. Ella suspira.

-Puedes quedarte en la sala.

-Es...esta bien.

Rusia se retira cerrando la puerta. Mira el librero en la sala. Escoge uno y comienza a leer. Pasan 5 horas desde que llegó y vio a la latina. ¿Ya comió algo? Se preguntó.

Fue a la cocina y preparo un sándwich como los que a ella le gustan y un vaso de té frio. Volvió a la habitación.

-Te traje algo para que comas-se asoma por la puerta. Mira la pila de papeles, pareciera que esta no ha bajado nada.

-Um, ponlo por ahí luego lo como.-ella no despega la vista de la pantalla.

Rusia deja el plato en un pequeño mueble. Le mira por un momento y sale de la habitación.

Han pasado otras 3 horas. Ahora lleva un vaso de jugo y algunas galletas. Entra y mira el plato aun con el sándwich y el té intactos.

- prianik, deberías descansar un poco y comer algo

-Ahora no Rusia, debo de terminar esto. El mensajero llegara a primera hora por los papeles. Son importantes.

-Pero Мексика

-Rusia, enserio necesito terminar esto. Es urgente, no todos tenemos la capacidad de perfección que tu tienes. Así que por favor déjame trabajar. – ella vuelve a la pantalla molesta.

-Esta bien.

Rusia cierra la puerta tras de si.

"por eso le escribí que no viniera" susurra ella.

Otras cuantas pasaron. México estira la mano para tomar otro pape pero ya no hay tal. La pila estaba por fin revisada. México suspira aliviada. Mira el estante y ve el sándwich. Piensa en lo mal que trato a su ángel. Se come el sándwich de casi un bocado al igual que el té; en verdad tenia hambre. Mira el reloj, eran las 5 de la mañana. Había estado todo el día y la noche trabajando. Se talla los ojos y bosteza. Planeaba llamarle a Rusia, disculparse y compensarle. Ya dormiría durante la noche o a dia siguiente. Toma el plato y el vaso para llevarlo al lavabo.

Abre la puerta y sus ojos se abren. Recargado en la pared duerme el eslavo. Sus pies están extendidos en el piso. Se escucha el respirar tranquilo.

La ultima vez que entró Rusia se quedo algunos minutos viendo la puerta cerrada. Pensó en irse, pero al final se sentó en el suelo a esperar a que ella terminara de trabajar. Por si ella necesitara algo.

México apretó sus labios. Se agacho hasta la altura del eslavo.

-Perdóname ángel, no te merezco.-susurra

Rusia hace unos gestos en el rostro. Lentamente se despierta.

- prianik, ¿necesitas algo?

-No galletita, ya termine. Ya casi amanece, ¿Qué tal si te preparo algo rico de desayunar y hacemos lo que tu quieras?-menciona con una sonrisa, tiene un semblante cansado por la noche de trabajo.

Rusia le mira, se levanta sacudiéndose el pantalón, levanta a México a modo princesa.

-En ese caso, quiero dormir.

-¿Seguro?

-Seguro-él bosteza- dormiremos todo el día de ser necesario. ¿quieres comer antes?

Rusia mira a su pecho. La mano de ella le sujeta por la camisa. Ella ya esta completamente dormida.

Le escucha murmurar

-Perdóname, te amo Rusia.

-También te amo. Dulces sueños, царица.

Ruso y latinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora