Insensible »»Calum Hood.

Capítulo diecinueve.

—Vamos Kiara, puedes confiar en mí –dice Meredith y me envuelve en un gran abrazo—. No diré nada, lo prometo.

Yo suspiro y me dejo caer en la enorme cama de su habitación. Meredith me ofreció ir a su casa a hacer una mini sesión de spa para estar listas antes del baile y yo accedí. Ahora ambas tenemos mascarillas de aguacate en el rostro y las uñas de pies y manos perfectamente limadas y pintadas.

Llevamos horas hablando sobre nosotras, he aprendido mucho sobre ella y también le he contado sobre mí. No soy muy abierta con las personas acerca de mi vida personal, pero con ella estoy haciendo una excepción, aunque tampoco le he contado completamente mi historia.

Meredith me contaba acerca de Luke, cómo lo recuerda físicamente y por qué le parece tan genial como para querer verlo de nuevo hasta que yo sin querer dije que Calum me parece lindo y ahora Meredith quiere saber si me siento atraída por él.

La respuesta es un tremendo sí, pero tengo miedo de confesárselo a Meredith y que ella se lo haga saber a Calum. Probablemente él me odia y decirle que tengo una especie de “crush” en él simplemente empeoraría las cosas.

—No lo sé –digo al fin. Ella me da una mirada curiosa y ladea su cabeza hacia la derecha—. Me parece lindo, ya lo dije, pero no sé si haya alguna especie de atracción entre nosotros. Tiene un carácter raro, ¿sabes?

Meredith deja salir una pequeña risita y se sienta en la cama junto a mí, después niega con la cabeza y me mira con una sonrisa.

—¿Sabes qué creo? Creo que Calum Hood te gusta, y mucho, pero tienes miedo de admitirlo. Tranquila, no diré nada a nadie.

Miro fijamente a la chica pelirroja y veo en su rostro que está siendo sincera conmigo, en verdad puedo confiar en ella y no va a decirle a nadie, lo veo en su rostro, hay algo en ella que me hace sentir en paz y tranquila, aunque me preocupa el hecho de que haya descubierto que me gusta Calum, ¿tan obvia soy?

—Tengo miedo Meredith –le confirmo lentamente. Meredith asiente y muerde su labio inferior.

—¿Por qué?

No respondo inmediatamente porque hay aún muchas dudas dentro de mí. Hay una parte de mi pasado que pocas personas conocen en realidad y durante años he estado huyendo para tratar de no afrontarla. Es cobarde, lo sé, pero no quiero mirar hacia atrás y sentirme mal de nuevo.

Meredith me mira con una ceja levantada y acaricia suavemente mi brazo para hacerme continuar.

—¿Me juras que no dirás nada? –inquiero antes de contar una de las verdades más grandes de mi vida.

—Te lo juro por lo que más quiero –responde.

—Está bien –suspiro antes de comenzar y me pregunto a mí misma si estoy lista para hablar. Ha pasado mucho tiempo, pero ese tipo de cosas nunca son sencillas de superar. Decido que le contaré a Meredith todo de una manera muy superficial para no entrar en muchos detalles—. Hace algunos años me enamoré, o al menos eso creí –digo—. Era un chico mayor que yo por un par de años, me pareció lo más genial del mundo que él se fijara en mí, era la primera ocasión que alguien me correspondía, así que cuando me pidió que fuera su novia acepté emocionada –doy una mirada rápida a Merry y ella asiente para que continúe contándole—. Los primeros meses eran geniales, él era atento y amable conmigo, el único defecto que yo le encontraba era su afición al cigarro y al alcohol, había días en los que salíamos juntos y él se emborrachaba demasiado. Mi mamá lo odiaba por eso. ¿Sabes? Ella siempre ha sido del tipo de personas que les gusta mantener la “categoría”, un tanto materialista para mi gusto y el hecho de que su única hija estuviera saliendo con un tipo que no tenía un apellido reconocido aquí en el país o mínimo en la ciudad y además era un borracho no le agradaba mucho porque según bajaba el status de nuestra familia. De cualquier forma, yo seguí con él porque creía en nuestro amor. Pasaron casi cuatro meses y yo no me había acostado con él, no quería porque no me sentía lista pero él siempre insistía…