Capítulo cuatro.

1.9K 226 26
                                    

No digo nada más mientras Calum conduce y él tampoco hace ningún intento de conversación.

Se detiene en el estacionamiento de un edificio de departamentos. Él baja del coche y espera a que yo salga. No se acerca a abrirme la puerta, pero no me molesta, no habría esperado más de él.

Cuando salgo, él comienza a caminar dentro del edificio y yo lo sigo.

Ambos subimos al elevador sin hablar y nos detenemos en el tercer piso. Calum me lleva a lo largo de un enorme pasillo y cuando llegamos al final, me doy cuenta que solamente habían tres puertas de cada lado, lo cual indicaba que los departamentos eran enormes. Calum toma sus llaves y abre la puerta para entrar. Yo lo sigo de cerca.

―Ponte cómoda, pero no demasiado –dice sin mirarme y él sigue caminando hacia una de las habitaciones.

Como me deja sola, me dejo caer en una sofá para tres que hay en el centro de lo que parece ser la sala y me tomo la libertad de mirar lo que hay a mi alrededor.

Las paredes están pintadas de negro en la parte inferior y blanco en la superior. Todos sus muebles son negros y la mayoría de las mesas son de vidrio. El piso es blanco completamente y por algún motivo me imagino que en este lugar se podrían organizar unos cuantos juegos de ajedrez.

Un pensamiento cae de pronto en mi mente. ¿Dónde está el hermoso auto de Calum? No recuerdo haberlo visto en el estacionamiento.

Cuando él regresa a donde me encuentro me mira sentada en su sofá y levanta una de sus pobladas cejas.

—¿Quieres algo de comer o beber?

—¿Dónde está el BMW?

—¿Qué? –dice él con sorpresa.

—El coche, el azul, ¿qué hiciste con él?

—¿Cómo sabes que tengo un BMW en color azul? –me dice ahora levantando ambas cejas.

—Te vi saliendo del estacionamiento de la escuela con él –respondo.

—¿Y eso fue antes de que comenzaras a seguirme, supongo? –dice cruzándose de brazos.

—No sé de qué hablas –miento—. Yo no te seguí a ninguna parte.

—¿Ah no? –dice riendo secamente—. Entonces, ¿qué es lo que hacías estacionada en aquél lugar cuando te encontré?

—Pues, simplemente estaba buscando una dirección, pero no seguí bien las indicaciones y me perdí –invento rápidamente.

Él se queda mirándome sin decir nada, simplemente niega con la cabeza y se deja caer en el asiento junto a mí.

—Dime la verdad Kiara, ¿me estabas siguiendo sí o no? –dice con una voz lenta y pausada.

Pienso un segundo qué le voy a responder y suspiro. Mentirle no tiene ningún sentido, pero si respondo la verdad Calum me preguntará por qué lo seguía y para eso no tengo ninguna buena razón.

—Está bien –digo mirándolo. Él entrecierra los ojos y me dedica una filosa mirada—. Sí te estaba siguiendo pero no hay ninguna buena razón, así que no me hagas más preguntas.

—¿Fue un impulso? –dice el maldito burlándose.

—Tal vez.

—Entonces, pusiste tu estúpida vida en peligro por un impulso –me dice lentamente. Su voz se escucha más molesta de lo normal y yo me pregunto el por qué.

—Cállate –replico molesta. Un recuerdo llega a mi mente—. ¿Por qué salvaste mi “estúpida” vida?

—Bueno, no sé si es la cosa más inteligente que he hecho, me arriesgué por ti aun sabiendo que podría morir, básicamente me debes la vida por mantener a salvo tu horrible trasero.

Insensible »»Calum Hood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora