Capítulo tres.

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En cuanto me subo a mi auto dejo escapar un largo suspiro.

Creí que el primer día sería algo fácil, presentaciones aquí y allá, pero no, en todas las clases hubo gran cantidad de trabajo y nada mal me vendría una siesta ahora.

Enciendo mi coche y estoy a punto de avanzar cuando de pronto veo un auto que me vuelve loca. Un BMW X6 en color azul. Santa madre, desde la primera vez que vi ese coche en internet lo he deseado como a nada. Estoy segura que mi boca de estúpida debió de abrirse aún más cuando noto quién es el conductor de aquella hermosura. Nada más y nada menos que el infeliz de Calum Hood.

Él no nota mi presencia, por supuesto, ¿quién se fijaría en un simple Nissan Micra CC color plata cuando se maneja un precioso BMW X6?

Me quedo en el estacionamiento apreciando cómo Calum se marcha y entonces, una idea entra en mi estúpida cabeza. Seguirlo.

Salgo del estacionamiento y comienzo a manejar detrás de él a la distancia que creo más prudente para no levantar ninguna sospecha, sin embargo, Calum se dirige a un barrio peligroso. Sé qué clase de sitio es aquél por los locales y bodegas abandonadas que hay en las calles y de un momento a otro, pierdo de vista al BMW.

Me detengo en un semáforo en rojo y respiro hondo. Mierda. ¿Ahora qué hago? ¿Por qué comencé siquiera a seguirlo?

Avanzo por una calle cuando las luces cambian a verde, pero no hay rastro de Calum y estoy comenzando a entrar en pánico, así que decido estacionar mi auto para poder buscar por medio del GPS una manera de volver a casa.

Juro que no tardé ni tres minutos revisando el mapa, cuando de pronto levanto la vista y veo a un grupo de chicos viniendo hacia mi auto. Ellos no lucen precisamente amigables, ¿cómo sé que no vienen a ayudarme? Bueno, no creo que puedan ayudarme mucho con un arma y un par de navajas en sus manos.

Miro hacia los lados y comienzo a entra en pánico. No quiero morir, no aún, sé que soy una perra y tal vez lo merezco pero no quiero morir.

De pronto, alguien toca la ventana del lado derecho y dejo escapar un grito mientras cierro los ojos. Estoy tan asustada que comienzo a llorar, pero los golpes vuelven a sonar con más insistencia. Sigo sin abrir los ojos. ¿Por qué esos tipos no disparan simplemente y me matan?

De pronto, ya no son golpes los que se escuchan, sino una voz que conozco.

―¡Abre la maldita puerta, inútil!

Es Calum.

Por un segundo quiero atropellarlo por haberme llamado inútil, pero es cuando veo su rostro lleno de tensión que recuerdo a los tipos con armas. Miro al frente y me doy cuenta que ellos están más cerca ahora, y ya no caminan hacia mí, ahora corren.

Quito el seguro de la puerta y Calum inmediatamente entra.

Un disparo pasa rosando justo a un lado del espejo lateral derecho. Mierda.

―¡Enciende, enciende, enciende! –me grita Calum y yo piso el acelerador a fondo, dejando atrás a los locos con armas.

Manejo en línea recta sin disminuir la velocidad por al menos cinco minutos, hasta que Calum vuelve a hablar.

―¡Baja ya la velocidad o nos vamos a matar! –me advierte mientras se agarra fuertemente del asiento.

Poco a poco voy desacelerando hasta que ambos dejamos salir un suspiro de alivio.

―Gira en esta calle a la izquierda –me dice Calum.

―No, estoy perdida –replico.

―¿Conoces este lugar? –me pregunta con fastidio.

―No, por eso estoy perdida imbécil.

―Pues yo sí sé dónde estamos, así que si te digo que es a la izquierda, debes de girar a la izquierda.

Acelero molesta y giro a la izquierda. Mi coche derrapa un poco debido a que subí la velocidad justo en la vuelta.

―¡Nos vas a matar, loca! –me grita Calum y yo freno en seco. Lo miro con el ceño fruncido.

―Baja de mi coche.

―¿Sabes dónde estás?

―No, pero ya encontraré la manera de volver a casa –le digo.

―¿Ah sí? –se burla―. ¿Cómo, según tú?

―Pues no sé, quizás el GPS me muestre el camino de vuelta.

―Te das cuenta que estás en un lugar completamente olvidado por Dios, ¿verdad? –dice haciendo un gesto con su mano para invitarme a ver a mi alrededor. Mis ojos pican con lágrimas cuando me doy cuenta que tiene razón.

Él nota mis ojos llorosos, pero no por eso su voz deja de ser dura y con aires de superioridad.

―Lo quieras admitir o no, ahora me necesitas, así que déjame decirte por dónde debes conducir.

Como si las cosas no pudieran empeorar mi teléfono suena. Miro la pantalla y contesto al ver que es mi mamá.

¿Sí? –digo.

¿Dónde demonios estás metida, Kiara? –Grita mi madre al teléfono—. Debiste de haber llegado a casa hace casi dos horas.

Mamá… -comienzo a decir, pero ella me interrumpe.

Te quiero aquí, a la voz de ya.

Mamá… -intento de nuevo, pero ella vuelve a hablar.

Pobre de ti si me entero que te estás revolcando con el primer imbécil que hayas conocido hoy en…

No escucho en qué termina su oración porque le cuelgo el teléfono.

Calum me está mirando, puedo sentirlo, pero yo no lo miro a él.

Las lágrimas comienzan a rodar por mi cara por más que trato de detenerlas. Limpio una de mis mejillas inútilmente y dejo escapar un lento y tenso suspiro. Calum habla de nuevo.

—Te llevaré a casa.

—No –respondo—. No quiero ir.

—Pero… -comienza a decir, pero lo interrumpo con un grito.

—¡Dije que no quiero ir! –Calum toma una gran bocanada de aire.

—¿Algún otro lugar? –me pregunta irritado.

—No, no tengo a dónde…

—Dame el volante –dice interrumpiéndome.

—¿Qué?

—Que me des el volante, yo conduciré.

—¿Por qué? –le digo molesta y sorprendida al mismo tiempo.

—Porque iremos a mi casa –dice.

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Here's the number three^^.

Omg, comenten o algo plz, se siente bien gachote ser ignorada, no sé si alguien me lee :c

Insensible »»Calum Hood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora