⁰² | Cebollas para cenar

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— Ese hombre... ¿Era tú novio? — cuestionó el extraño sujeto sentado en las escaleras, quien pelaba las cebollas que tenía en un táper

Sam lo miró de arriba a abajo inspeccionándolo — Si, hasta hace un poco — se volteó incómodo hacía su puerta

— ¿Te engañó con otro? — volvió a preguntar

— No — contestó a secas el castaño

— ¿Tiene alguna enfermedad venérea?

— No — volvió a contestar preguntándose cuando terminaría

— ¿Pidió algún préstamo a tu nombre?

Sam evadió su preguntar fijándose en el táper con cebollas. — ¿Y qué hay de ti? ¿Por qué estás pelando cebollas en las escaleras?

El sujeto de ojos celestes se tardó un poco en contestar — Es que no quiero que quede el olor en mi departamento... Los aromas son repugnantes cuando se mezclan — y luego le sonrió de oreja a oreja, creando un extraño sentimiento de temor en el menor

Pasaron varios días desde que Sam conoció a su nuevo vecino. Por la mañana, por las tardes e incluso hasta tarde por la madrugada, lo encontraba en las escaleras con su fuente de cebollas y los ojos llorosos por el aroma

Había descubierto su nombre mediante el contrato de arrendamiento, su verdadero nombre era Nicholas Shurley pero se hacía llamar Lucifer. Cosa que ponía aún más incómodo a Sam

Cada maldito día cuando quería salir tenía que soportar el hedor de las cebollas en su puerta y para colmo a su peculiar vecino

Bonjour Monsieursaludó Lucifer sentado como de costumbre frente a las escaleras

Ahí estaba de nuevo, con los ojos rojos por las cebollas

Sam rodó los ojos sosteniendo su trabajo entre sus brazos — ¿Acaso eres masoquista?

— Puede que tengas razón — contestó su vecino

— Es sólo que te veo todos los días con los ojos rojos — resopló —. Intenta colocar las cebollas en agua antes de pelarlas, así no te arderán mucho los ojos

— ¡Gracias! — Lucifer le sonrió ampliamente

Sam se le quedó mirando un poco, sorprendido. Su vecino era atractivo o al menos eso parecía con sus brillantes ojos celestes

Al siguiente día, Sam pensó que Lucifer seguiría su consejo de remojar las cebollas, sin embargo, al momento de salir de su departamento se encontró nuevamente con su vecino lagrimeando por el olor

— Te dije que las mojaras en agua ¿o no? — cuestionó Sam cargando una bolsa llena de alimentos

— Si lo hiciste, pero no dije que seguiría tu consejo — dijo todo aquello con su escalofriante sonrisa. — Después de todo, sé que tienes debilidad por los rostros llorosos

Y desde ese día Sam empezó a evadir a su molesto vecino cada vez que podía. Siempre Lucifer lo saludaba en las escaleras del departamento con su cebollas, sin embargo, Sam lo saludaba y buscaba escaparse lo más rápido posible

Es que su extraño vecino de cabello rubio y ojos espeluznantes no se daba por vencido

Hubo un día en que Lucifer no de encontraba en las escaleras y eso hizo que la rutina de Sam cambiará. No verlo en su típico lugar de siempre lo molestaba, aunque estaba feliz de no oler de nuevo el hedor de las cebollas no podía negar que su presencia extraña lo reconfortaba

Sam salió de su departamento con una manta alrededor de sus hombros y se sentó en las escaleras donde solía sentarse Lucifer. Se quedó allí pensando profundamente lo que había dicho con anterioridad

Cena romántica con un asesino © [Samifer AU.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora