³¹ | Doctor Winchester

56 18 185
                                    

Era de noche cuando Dean llamó a la puerta de la mansión Novak, aproximadamente a las 12 de la noche ¿esa era una hora común, verdad? bueno para Dean los horarios estaban invertidos. No tardó mucho en sonar un pitido por el radio del portón y la voz de una mujer.

<¿Disculpe, puedo ayudarlo en algo?>

— Me llamo Dean, quiero hablar con el señor Novak, dígale mi nombre y él sabrá quién soy.

La radio se apagó indicando que sus órdenes fueron escuchadas. Guardó sus manos envuelvas en guantes en los bolsillos de su abrigo después de acomodar sus lentes. Había empezado a usar lentes por su salud ocular, su visión se hacía borrosa cada ves más desde lo lejos; síntomas de miopía auto diagnosticada por él mismo, que pese a que no era oftalmólogo sabía perfectamente son indicios.

 Dean Winchester era la clara imagen de elegancia mezclada con la locura de años. Tenía el estilo de cabello de un libro abierto, una gorra que cubría su rubio cabello bien peinado, un abrigo casi gabardina, con una corbata ajustada a su cuello, unos pantalones elegantes y por último unos lentes refinados.

— Te estabas tardando — dijo Castiel abriendo el portón de su mansión por su propia cuenta. Dean sabía, que el sujeto frente a él era su mayor enemigo —. Puede pasar si así lo desea, joven Winchester.

— Agradecería que no me llames por mi apellido, soy Dean para todos — alegó arrastrando sus pies al caminar, dejando a Castiel maravillado por su apariencia. Parecía un hombre aristócrata con una reputación intachable —. ¿Qué me pedirás que haga? Si quieres tener sexo, tengo libres las siguientes 2 horas el resto están ocupadas y...

— Siempre asumes lo peor de mi, no has cambiado ni un poco — sonrió el pelinegro caminando con sus brazos detrás de su espalda —. ¿No puedo simplemente extrañar a un amigo?

Dean sonrió con ironía —. Amigo dices, está bien si así me llamas no me importa, vengo a conversar de algo que, asumo, ya sabes...

 — Tu hermano — concluyó guardando sus manos en sus bolsillos.

Era tarde por la noche, hacía frío y el jardín de la casa de Castiel tenía aspersores, por lo que hacía un frío particularmente especial. Sin embargo, el ambiente era extrañamente familiar para Dean, quien no podía evitar remojar sus labios con su propia saliva.

— Tengo entendido que le diste trabajo a Sam, agradezco tu ayuda, pero necesito descubrir algo más...

— Si tu pregunta es, ¿quién es ese "perro" que oculta tu hermano? tengo la respuesta — le entregó una sobre, el cuál Dean rompió y sacó un montón de fotografías de Sam y un sujeto que Dean conocía perfectamente. Al reconocerlo, hizo un examen visual a la fotos, en todas ellas salía Lucifer.

Lucifer.

Lucifer.

Los ojos de Dean brillaron codiciosos, la imagen esvelta de Lucifer, tan elegante, exitoso paseándose con Sam, su hermano, como le plazca.

Lucifer.

Lucifer.

El causante de todos sus dolores de cabeza.

— Llevan un mes saliendo, ya tuvieron sexo, y no salen mucho — informó el pelinegro — Y a juzgar por tu expresión, es alguien que conoces y yo también.

 — ¿Como se encontraron?

— Al escapar de la penitenciaria, Lucifer le robó a Chuck prácticamente todos sus ahorros ocultos en la caja fuerte de Lute, luego cambió su nombre y compro miles de mansiones fuera del país ¿o porque crees que tu jefe lo busca desesperadamente? ¿Chuck te pidió encontrarlo también?

Cena romántica con un asesino © [Samifer AU.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora