Los días iban pasando, y cada noche Sam se levantaba encontrando pisadas de zapatos dentro de su departamento.
Como solía decir su mamá "La suerte y la desgracia van de la mano".
Una noche en particular Sam se sentó a cenar en su mesa carcomida, pero mientras comía pudo percatarse de una cosa, y era que la cerradura de su puerta desde dentro se veía torcida. Ese mismo día antes de irse a dormir preparó un cuchillo al lado de su cama para protegerse si el acosador regresaba.
Lo dejó encima de la mesita de luz y se fue a dormir con la luz de la ciudad iluminando su rostro.
Pero tan pronto como se acostó en su cama empezó a pensar; ¿Qué pasa si no llegaba a tomar el cuchillo a tiempo? ¿Cómo enfrentaría a un asesino tan fuerte?
De pronto se escuchó como el cerrojo de su puerta era forcejeado y la puerta empezaba a abrirse.
Sam accionó al instante y se escondió debajo de la mesa carcomida lo más rápido que pudo. Intentando mantener el control, realmente no tenía miedo, podría golpear al acosador cuando pudiera.
"Lucifer pensará que estoy durmiendo e irá a verme" Pensaba Sam completamente convencido de que era su vecino el acosador. Por suerte sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad por lo que tomar el cuchillo no sería difícil. Tan pronto como se dé cuenta de que no estaba en su cama, lo buscaría.
La extraña figura ensombrecida cubierta con un largo abrigo de polo, entró en su comedor. Caminó lentamente intentando no hacer ruido. Dejó que sus zapatos chillaran con la madera y se acercó vacilante a la cama de Sam tomando las sabanas entre sus manos y hurgando entre ellas buscando al dueño del departamento.
— ¿Dónde está? —se preguntó ese sujeto moviendo sus sábanas.
Fue entonces cuando Sam tomó el valor necesario, levantó la silla de su mesa cuidadosamente y se acercó atacando por la espalda al intruso. Estrelló la silla contra la espalda del sujeto logrando derribarlo contra su cama.
— ¡Rápido, el cuchillo! —se dijo a si mismo aproximándose a tomar el arma punzante de su mesa.
— ¡A dónde crees que vas! —el acosador se levantó aturdido y logró interferir entre la búsqueda de Sam. Lo tomó del brazo con una fuerza descomunal y lo tiró al suelo colocándose encima para inmovilizarlo.
Sam se removió de inmediato y mordió el brazo de su atacante logrando escapar de él, pero cuando estaba a punto de tomar el cuchillo el sujeto tiró de su cabello hacía atrás volviendo a tirarlo contra el suelo.
Adolorido, Sam se quedó sentado en el piso mientras su atacante tomaba el cuchillo. — ¡Por qué me mentiste Samuel!
Al levantar su mirada se encontró con... ¿Michael? ¡Michael! y tenía el brazo roto y enyesado.
—Me dijiste que te habías arrepentido y que me extrañabas. ¿Por qué me mentiste Sam? —cuestionó Michael con el cuchillo en su mano izquierda y una extraña sonrisa orgullosa.
— ¡¿Qué demonios dices?! ¡¿Michael?! ¡¿Cuando yo dije eso?!
—Mejor olvídalo, tengo de deshacerme de ti —entonces Michael empuñó el cuchillo y lo levantó por encima de su hombro.
Sam cerró los ojos esperando lo que fuera, su corazón latía a mil por segundo, sus manos sudaban frío y su cabeza dolía. Michael estuvo a punto de apuñalar a Sam, subió el cuchillo y precipitadamente lo bajó con rapidez.
—Señor Milton, ¿no sabe que por cortesía debe cerrar la puerta? —un golpe certero en la cabeza podía poner a dormir a quien sea, y Lucifer sabía eso a la perfección. No dudó en golpear a Michael en cuanto entró al departamento.
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Cena romántica con un asesino © [Samifer AU.]
FanfictionUna reciente serie de asesinatos comienza a asustar a los inquilinos de un edificio, sin embargo, no a Sam Winchester, él no parece asustarse por los cuerpos sin vida que aparecían. Vive su vida encerrado en su apartamento escribiendo novelas que no...