Cena romántica con un asesino © [Samifer AU.]

¹² | Tú atención

«...Todo comenzó cuando Sam decidió evitar a Lucifer.

Dentro de su departamento, solamente iluminado por la luz de las ventanas, estaba él. Escribiendo amable sobre un pedazo de papel con un bolígrafo.

[¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando?

¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando?

¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando?

¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando?

¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando?

¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando?

¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando? ¿Por qué me estás evitando?]

Anteriormente se había decidido a investigar por su cuenta a ese  "acosador"  que se interponía entre él y Sam. Por lo qué fue hasta su buzón e inspeccionó sus cartas una por una encontrándose con una en particular que decía ser de un "amigo" de Sam.

¿Un amigo? ¿Sam tenía amigos?

Abrió la carta sin importarle que el sello se haya roto, y se fijó en lo que llevaba. Fue entonces cuando frunció el ceño asqueado y apretó la carta cruelmente entre sus manos; lo que contenía esa carta no era un amistoso mensaje, era semen seco.

Se estaba obsesionando tanto con Samuel Winchester, qué la contaminación empezó a invadir su mente.

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Cada otoño se realiza una cacería grupal de lobos. 

Los cazadores matan a los lobos adultos, y dejan vivos a los cachorros. Aunque por supuesto, no sin antes quitarle una pata delantera. Todo era un esfuerzo para evitar que cuando crezcan, lastimen a los humanos.

— Buenas noches, es una pena tener que verte otra vez...

Michael despertó a media noche, con su cabeza dándole vueltas, enormes ganas de vomita y un golpe en su mejilla. Estaba misteriosamente atado a un árbol, en medio de un bosque que ni siquiera él conocía.

— Creí haber sido muy claro contigo, pero creo que no fue suficiente — Lucifer tomó el mentón del pelinegro obligándolo a verlo. — Oh tal vez sólo decidiste ignorar mi advertencia, señor Milton