⁰⁹ | Si algún día me dejas, lo lamentarás

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«...¿No te gustaría editar cartas para un amigo?...»

Después de pensarlo un largo rato y leer una carta entregada por Lucifer, Sam pensó subiendo las escaleras.

¿Iba a aceptar aquel trabajo de un desconocido? No le gustaba editar correspondencia personal, pero el trabajo era tentador, sin un contrato abusivo. Cuando leyó que le pagarían 30 dolares por carta obviamente aceptó, y esa misma noche recibió una carta en su buzón al nombre de Newell y. l.

Sam miró la carta algo extrañado, pero finalmente se sentó en su escritorio y tomó un pluma dispuesto a corregir lo que pudiera.

 Haber estudiado derecho y literatura sólo unos dos años le serviría de mucho, ya que su gramática y corrección eran mas precisas. Al abrir la carta cuidadosamente pudo notar dos cosas:

1; que el hombre que las escribía era un extraño bohemio.

2; que no llamaba a su amada por su nombre si no por una abreviación "Mi querida S." 


[...Mi querida "S". Es medianoche. La sofocante densidad de esta hora e impenetrable oscuridad acobijan al mundo.

Lo único que puede iluminarlo... eres tú

Sólo tú, mi amada "S" (Estoy seguro de que sabes, pero se trata de una metáfora. Lo que realmente ahuyenta a las tinieblas es un bombilla y no tú)

Tal vez te decepcione escucharlo, pero careces de filamentos o alambre... y tampoco tienes nitrógeno como las bombillas...]


Sam se alejó de la carta después de verla de reojo. "¿Que demonios fue lo que acabo de leer?" Se preguntó alejando su bolígrafo. Sin duda el señor Newell tendría que borrar absolutamente toda la carta, incluyendo las cosas entre paréntesis. Se inclinó sobre su silla para corregirla hasta que un leve golpeteo se escucho en su ventana.

Fue entonces cuando vio con sus propios ojos como una nota volaba desde su ventana y caía a sus pies. Sam levantó la mirada y luego volvió hacía la ventana.

"¿Es algún tipo de broma?, si lo es, entonces no es gracioso" .

Tomó la pequeña nota que yacía en sus pies y la abrió percatándose de una cosa; había palabras recortadas de un diario que decían. 

"¿Buenas noches? ¿No estás sólo? ".  Leyó en susurros llenando su mente de ideas absurdas y macabras. Era su acosador de nuevo, el maldito sujeto que rompió la placa de su puerta, estaba afuera de su ventana y acababa de tirar una nota a su departamento.

De inmediato cerró la ventana colocando las persianas y cerró la puerta con cerrojo. Se sentó en su silla de nuevo mirando fijamente la nota, con letras recortadas de periódicos para que la letra de su acosador no fuera reconocible.

—Quien quiera que seas, eres un idiota inteligente —dijo Sam refiriéndose a su acosador con sarcasmo.

Al día siguiente que recibió la primera carta de amor del señor Newell, dejó la anterior en el correo e incluso añadió una amable recomendación de no usar paréntesis recalcando lo obvio. Y en cuestión de horas, el cartero regresó con una nueva carta del señor Newell para Sam.

Tan sólo deseaba que las cartas se terminaran, pero la mal suerte era parte de su vida.

Esa misma noche volvió a sentarse dispuesto a corregir la nueva. Ésta vez tenía las ventanas cerradas, por lo que era imposible que alguien tirara notas allí

Cena romántica con un asesino © [Samifer AU.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora