³³ | El dinero es el Himno del Éxito

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Toda persona racional en el universo humano, necesita dinero para sobrevivir. La vida misma no tiene sentido sino, que lo que más importa es la calidad de vida que el dinero puede otorgarte. El dinero se volvió tan importante para el humano, que incluso Dean es capaz de hacer lo que fuera por él.

— Doctor, ¿que espera? — preguntó una enfermera sosteniendo un cuchillo de cirujano. Un bisturí era un cuchillo pequeño, de hoja fina, puntiaguda, de uno o dos cortes, que se usa en procedimientos de cirugía.

Dean había estudiado por años como realizar una operación, pero jamás pensó que a quién tuviera que operar ahora fuera una mujer que rogaba por piedad.

— ¡Por favor, no lo haga doctor se lo ruego!

— Suficiente, colóquenle una cinta en la boca — ordenó Castiel colocándose dos guantes en sus manos, para luego ajustar una mascara alrededor de su boca.

— Cas, no creo estar listo para esto — murmuró Dean antes de entrar al quirófano —. Esa mujer no quiere la cirugía.

— Pero el jefe Shurley si la quiere, no está bajo nuestro poder cuestionarlo o no — intervino Castiel poniendo una de sus manos en los hombros del doctor Winchester —. Si no estás listo, puedo informarlo al jefe.

— Olvídalo, lo haré ¿pero que tengo que operar?

— Mujer de 45 años, trastorno explosivo intermitente, asesinó a su esposo y a sus dos hijos bajo la lluvia en un viaje familiar, para luego atentar contra su vida encima de un barranco. La policía la encontró y la internaron aquí — leyó casi como una maquina el diagnostico que el mismo dio —. Como castigo, el jefe impuso que se le amputaran las manos y se le cociera la boca, de ese modo no lastimaría nadie más.

Dean se volteó mirando a la mujer desesperada en la camilla, siendo atada de brazos y piernas mientras dos enfermeras colocaban analgésicos en el suero. No parecía ser una asesina en serie, ella gritaba fuertemente removiéndose y sacudiendo la camilla de ves en cuando.

— ¿Me escuchó doctor? — Castiel lo llamó sacándolo de sus pensamientos. Dean parpadeó dos veces y asintió.

— Entramos en cirugía en tres... dos... uno.



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— ¿Por qué te sientes muy mal? ¿No es eso lo que hacen los cirujanos? 

— ¡No así, Castiel! — reprochó Dean cubriendo su rostro con sus manos —. Ni siquiera pusimos anestesia, los gritos de esa mujer eran horribles. Si no se usa anestesia ella puede...

— Su presión subiría y tendría un infarto, sé eso Dean — sonrió sentándose a su lado —. Pero no hay nada que podamos hacer, la anestesia no es suministrada a la penitenciaria.

— Por qué... aunque sean criminales siguen siendo personas ¿no? Un doctor no debería maltratar a otros, no yo... es uno de los principios en la escuela de medicina, hice un maldito juramento.

— ¿El dinero no te importa?

Dean quitó su mano de su rostro —. Por supuesto que si, pero...

— ¿No quieres venir conmigo a un lugar? 

— ¿Un... lugar? ¿Qué tipo de lugar? — cuestionó notando como Castiel se levantaba.

Cena romántica con un asesino © [Samifer AU.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora