—¿Qué demonios...?
—¡Son 70 dolares! —sonreía Lucifer con un ramo de de billetes en sus manos.
El romance sin dinero no era nada, era cómo cruzar el desierto sin agua. Por esa razón Lucifer se la pasó el día entero creando un ramo de flores de billetes, y se los entregó a Sam a la mañana siguiente. Sin embargo, fue rechazado antes de que pudiera alardear su regalo.
—No, gracias —Sam azotó la puerta fuertemente luego de contestar.
Su voz fue fría, indiferente y cruel. Lucifer se quedó parado frente a su puerta con una expresión confundida ¿Acaso el dinero no era lo que quería?
—Sammy, me la pasé todo el día haciendo esto para ti —golpeó su puerta de nuevo. Sam no contestó pero seguía detrás de la puerta —¿No quieres cebollas?
—No las necesito.
—¿Jugo de limón?
—Ya déjame en paz —gruñó el Winchester poniéndole cerrojo a la puerta.
Lucifer se arrastró tristemente hacia su departamento, con el ramo de flores de billetes en sus manos.
Desde ese día veía con menor frecuencia a Sam. El menor buscaba evitar a Lucifer a toda costa luego de esa conversación en el correo. A penas si mezclaban palabras y cuando lo hacían eran dos o tres frases cortas.
Día tras día Lucifer se paseaba por los pasillos, sentado en las escaleras, visitaba el correo, jugaba con cebollas fuera de la puerta de Sam y cantaba a toda voz; pero ninguno de sus intentos sacaba al Winchester de su cueva.
—Buenas noches... —dijo Lucifer a la puerta cerrada del departamento 303. —En francés eso significa bonne nuit, Sammy.
Pero la respuesta jamas llegó, Lucifer se quedó de pie esperando a que la puerta fuera abierta, sin embargo, no parecía tener intensión de abrirse.
—Sammy... —canturreó Lucifer apretando el pomo de la puerta entre sus manos, queriendo abrirla —¿Me tienes miedo, Sammy? Yo jamás te haría daño...
[ • • • ]
Era de madrugada y Sam no podía pegar un ojo del miedo que lo llenaba por completo, cada vez que estaba a punto de dormirse, Lucifer llegaba con sus escalofriantes susurros detrás de su puerta.
—Buenas noches, señor Samuel William Winchester —se escuchó detrás de su puerta y luego un golpeteo fuerte e insistente.
"¿Como sabe mi segundo nombre?" Pensaba Sam mientras se cubría con las mantas y se acurrucaba contra el colchón. Contuvo la respiración y cerró los ojos con fuerza sudando frío. El miedo que sentía era similar al miedo que tenía de niño cuando veía películas de horror.
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Cena romántica con un asesino © [Samifer AU.]
FanfictionUna reciente serie de asesinatos comienza a asustar a los inquilinos de un edificio, sin embargo, no a Sam Winchester, él no parece asustarse por los cuerpos sin vida que aparecían. Vive su vida encerrado en su apartamento escribiendo novelas que no...