Capítulo catorce.

51 6 0
                                    

Sara.
Termino de cantar, la gente aplaude y yo salgo corriendo del lugar.

Salgo y cruzo a una pequeña plaza que tiene demasiada iluminación y está llena de rosas, siempre suelo venir a leer, pero hoy lo hago porque no paro de temblar y mis lagrimas ya han salido.

Me descalzo y toco el césped, tranquiliza mi ansiedad. Inhalo y exhalo, caminado de un extremo al otro.

¿Por qué? ¿Por qué besé a Esteban? ¿Por qué le di una oportunidad?

Me siento y me abrazo.

Tranquila Sara, tranquila.

Cierro mis ojos y trato de tranquilizarme.

Flashback.
Estamos en mi habitación, en mi escritorio. Él sentado en mi silla y yo en sus piernas. Estamos leyendo mis poemas.

—Sé lo que duele, sé lo que ata.
De ilusiones también se muere, por amor también se mata.
Fuiste lo más bonito, hasta cuando me decías que no dolías pero me sangrabas por dentro.
No sé cuántas veces más voy a lanzarme por el principio que tenes como boca, porque de ilusiones uno vive, pero de realidades uno choca. —Lee mi poema—. Wow Sara ¿Ésto me escribiste a mi?

—Si. —Sonrío—. Algo tenía que hacer mientras te lloraba, Esteban.

—Ya no más. —Deja el cuaderno y me toma por mi cintura—.

—¿No? —Lo miro—.

—No me iré nunca. —Pasa su mano derecha por mi mejilla—. Lo prometo. —Me besa—.
Fin del flashback.

Qué ilusa.

Qué tonta.

Me decía cosas bonitas mintiendome en la cara.

—Sara. —Dice alguien a mi espalda, tocando mi hombro—.

Me levanto y quedo en frente. Me seco mis lágrimas y doy un paso hacía atrás.

—¿Qué haces acá? Esteban. —Lo miro fijamente—. ¿Te vas a seguir riendo de mi? —Sonrío sarcásticamente—.

—Sara, no ¿Por qué lo haría? Y vos ya lo hiciste conmigo.

—No te pongas en plan de víctima ahora. —Trago mis lágrimas—. Todo el puto día, y la mitad de la noche, esperé un mensaje tuyo y te terminé encontrando en el mismo lugar que vine con mis amigos, con tu "supuesta" —Hago las comillas—. ex. —Rio sarcásticamente—.

—Perdón Sara, yo no..

—No te diste cuenta ¿Me vas a decir? —Interrumpo—. ¿Con qué necesidad me mentis? Me ilusionas. —Me acerco—. Me lastimas.

—Sara dejame explicarte. —Quiere tocar mi rostro y me alejo—.

—¿Qué me vas a decir? —Me cruzo de brazos—. ¿Que sos un poco hombre, un cobarde y un típico piscis que no sabe lo que quiere? Decime algo que no sepa, mejor.

—¡Sara, yo te quiero! —Grita acercándose—.

—Claro y por eso me pedís una oportunidad, me besas, me tocas y ¡Por siguente me mentís —Levanto mi voz—. y te ves a escondidas con tu ex! —Lo pecho—.

—¡Sara no, no fue así! —Me grita y me toma de mis muñecas, pegandome hacía a él, nuevamente—.

—¿Y por qué cuando te envié el mensaje, ahí dentro, me ignoraste?

—Porque soy un idiota. —Me suelta—.

Me le quedo mirando y juro que solo quiero bofetearlo, pero hay algo en sus ojos que me desarma..

Por si regresas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora