Izuku llegó a su casa agotado y hambriento. Su madre le esperaba preocupada. Así que al pisar la sala de estar, su madre después de darle un abrazo y un par de besos, lo invitó a sentarse en el sofá para tener una charla. Nada fuera de lo común entre ellos.
- Hijo.. tenemos que hablar de algo muy i-importante.- Inko hablaba en susurros, con su voz quebradiza, como si fuese a llorar.
- Dime. ¿Te sucede algo?.- el pecoso sintió miedo al verla así, no entendía que pasaba.
- ¿Aún sales con la chica de mejillas rosadas?.
- S-Sí. Aún estamos s-saliendo.- no sabía a que se debía la pregunta, tembló ante ello.
- Hijo.. ¿realmente la amas?.- Izuku no sabía de dónde su mamá se le había metido esas cosas en la cabeza pero dudó al responder, pues, lo que menos quería era seguir sufriendo.
- Lo hago, mamá.- no era mentira, después de todo.
Inko sonrió satisfecha. Estaba feliz. Fue a donde estaba su hijo para abrazarle y darle mimos, su rostro afligido cambió a una muy hermosa sonrisa.
- Eso quiere decir que.. ¿las dos veces que no dormiste aquí.. ehm.. fue para.. estar con ella?.- su madre le veía en un modo alerta.
- N-No, n-nada de eso!!!.- la sangre subió de inmediatamente al rostro pecoso. No mentía. Movió sus manos frenéticamente, no quería confundir a su dulce madre.
Inko suspiró derrotada. No sé llegaba a nada con su hijo y temía que le ocultara las cosas.
- Confío en ti, Izuku. Sabes que puedes hablarme.
- Lo sé muy bien, mamá.
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Pasó un mes de tareas, exámenes y muchas evaluaciones para ingresar en nuevos cursos que se verían más adelante en otros semestres. Todos loss estudiantes estaban atentos a cada nota y puntuación obtenida. La mayoría vivía agobiado en las bibliotecas y salas-web para matar el día investigando todo lo relacionado a las materias de grupo. No tenía tiempo, en absoluto.
Los fines de semanas se hacían cortos, y sus momentos de "receso" se limitaba a comer algo liviano. Todos querían pasar el semestre. Temían quedar como el chicle pegado a una silla vieja sin producir nada. Bajo tanto ajetreo, muchos de la institución se dieron de baja, no podían seguir debido a trabajo y otros problemas personales y familiares.
Muchos no dormían bien y sobrevivían debido a una fuerte dosis de cafeína y energéticos. Algunos alumnos se desmayaban en plena clase, en este caso, Ochaco Uraraka.
La castaña tenía varios días sin dormir. Pasaba todo el día al lado de Izuku y demás compañeros estudiando para los nuevos exámenes entrantes de Humanidades y Derecho.
La mayoría de la clase le tenía pavor a cierto rubio que no dejaba de gruñir en desacuerdo cuando se equivocaban. No solo era eso, el profesor bajaba notas por cada cosa errónea que hacían, hasta por el uniforme. Era todo un infierno. No querían vivir encerrados en tantas materias y ramas para ser un profesional. Sentían que primero morirían antes de tener en sus manos un diploma titular de universitario graduado.
Todos lloraban en silencio en una tristeza que pisaba sus cabezas abrumadoramente. Sentían que en cualquier momento, renunciarían a tanta presión.
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Pasó una semana. Tendrían un merecido descanso. Todos estaban nerviosos y depresivos por los resultados que aún faltaban por entregar, pero que su ansiedad quería ya ver. Siendo así, tuvieron 3 semanas de vacaciones, esperando el siguiente semestre para estudiar una vez más.
- Ahhhhh~.- un suspiro de alivio salió de la garganta de Denki después de una tarde agitada en la uni.
- Me duele la espalda. Llevo una semana y media durmiendo en el sofá con el gato.- Kirishima había hablado esta vez.- además, dormía como máximo 5 horas y luego ya tenía que despertarme para terminar de hacer los informes de agricultura. Eran horrorosos! Odiaba leer tantos libros!!!.- fingió llorar mientras los demás chicos le miraban comprensibles.
- Lo bueno, es que ya estamos algo "libres" de tanta mierda de la facultad.- esta vez hablo Ochaco tomando la mano de Izuku.- Uhhh, supongo que tenemos que celebrar por esto, no?
- Es verdad!.- Hanta, Kaminari, Kirishima, Sato e Iida hablaron al unísono.- iremos a comer unas hamburguesas con papás fritas.
- N-No es muy saludable, Denki-kun.- habló esta vez Izuku.- yo sólo quiero una ensalada de frutas.
- ¿Con qué en "dieta"?.- El pelirrojo se burló inocentemente haciendo énfasis en "dieta" y comillas con los dedos.
- No es eso Eiji-Kun, sólo no quiero enfermarme.
- Sólo será esta noche, viejo. Relájate.
Así fueron esa tarde-noche a disfrutar y compartir amistosamente.
Pero no todo es final feliz.
Izuku tenía el celular de la castaña tomando fotos...
Y llegó una llamada de Shoto..
Se me olvidó comprar condones para la tremenda corrida que se viene. 😈😈😈😈
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[MI AMOR PLATÓNICO ES UN PROFESOR. | BAKUDEKU ⚘]
Teen FictionIzuku Midoriya es un estudiante universitario de 19 años de edad. Cuando pensaba que su vida estaba resuelta y perfecta, su antiguo amor de infancia (Katsuki Bakugo) llega para ponerle el mundo de cabeza. Los personajes no me pertenecen, son propios...