34

1.3K 138 19
                                    

Minutos antes, Eijiro y Denki iban camino a la heladería. Al cruzar una de las cuadras, se encontraron con la imagen de Ochaco e Izuku teniendo una cita. El pelirrojo miró con cierto desdén la escena, aunque por dentro le hiciera añicos el alma.

— Caminemos más rápido, viejo. Van a cerrar la heladería.

— Ni loco me voy, quiero saber si siguen juntos o no.— dijo el mayor eufórico. — .. esta sería mi única oportunidad, Den..

— Vale, el sábado me compras todos los CD's de los conciertos de TØP como recompensa. — no quiso discutir con su amigo, sabiendo que igual aceptaría.

— Hecho.

Ambos chicos se escondieron tras unos cajones de basura, viendo a lo lejos y esperando el ansiado beso que confirmaría todas las sospechas de Eijiro.

Pero no solamente estaban ellos. Detrás de un vidrio totalmente polarizado en un carro, se encontraba Sen. Tomando fotos y vídeos, que le serviría de gran ayuda a su cliente, o en dado caso, su pagadora.

En cuestión de segundos, cada foto llegaba al correo y teléfono de la pelinegra, quien saltaba feliz en su cama. Solo necesitaba una oportunidad y ya se le había concedido el deseo de acabar con todo lo relacionado a Shoto y Ochaco. Apenas era que empezaba la guerra.

(...)

Izuku caminaba a paso lento con la castaña. Sentía como algo o alguien le seguía pero no le prestó tanta atención, no hasta que cruzó una calle y la camioneta verde se estacionaba a una distancia prudente. El chico, inmediatamente envió su ubicación a Katsuki y por medio de un mensaje le explicó la situación.

Ochaco siendo ajena a todo lo que sucedía realmente, se aferraba al brazo de Izuku tomando seguridad. Ante eso, el pecoso fingió pedirle una foto a la menor, y así aprovechar mandar la foto de la camioneta sospechosa a su novio. El rubio al ver la foto hizo todo un drama por estar al lado de la joven, pero así mismo salió rápidamente de su casa a socorrerlo.

Izuku siendo más astuto que la persona que estaba dentro de aquel misterioso carro, quiso entrar a un callejón sin salida. Era como una avenida principal, pero él muy bien sabía que no tendria escapatoria después de entrar allí. Era arriesgarse y ganar a que no hacerlo sabiendo que perdería.

Cuando sintió los característicos ruidos del motor adentrarse a la avenida, suspiró calmado. La castaña se sorprendió cuando vio el lugar, si mal no recordaba, ella no había pasado por allí anteriormente, y con algo de recelo le preguntó a Izuku.

— Confía en mí, ese carro nos está siguiendo.— miró fijamente a la joven, acto que la alarmó demasiado.

Uraraka empezó a temblar de miedo, intentando no caerse debido al movimiento frenético de sus piernas por el temblor que tenía. Por todo el desespero, sintió un dolor indescriptible en su parte baja y cayó al suelo, rápidamente fue tomada por Izuku. En ese momento se sintieron acorralados.

El chico, ya sin saber que hacer empezó a hacer constantes llamadas a Katsuki. El rubio ya iba en camino, y al ver todo el desespero de su novio, aceleró la marcha. Temía que algo malo le ocurriese al pecoso, y tampoco tenía muchas ganas de asesinar a alguien.

Al llegar al famoso callejón sin salida, el rubio decidió entrar también por toda la carretera, y vio que en efecto, la camioneta verde se encontraba a unos metros cerca de Izuku. Empezó a tocar bocina exasperado, pidiendo que se quitara del medio. Ante eso, Kaibara no tuvo más remedio que continuar su camino para darle paso al nuevo auto.

El rubio, buscaba con la mirada a Izuku y lo vio sentado en un muro con la chica siendo abrazado por esta, acto que le dio muchísimos celos pero entendía su estado. Después prosiguió manejando, y vio aquel chico mirando el gran paredón que tenía al frente sin poder salir.

Katsuki, aburrido y cansado de toda la mierda que le hacían pasar constantemente al peliverde, se bajó de su auto con un pasamontañas cubriendo su rostro y un martillo en mano, parecía todo un criminal. Al caminar hasta la camioneta, vio que dentro estaba un chico totalmente asustado mirándolo. Lo sabía por el tipo de mirada que le daba.

— Sal de una maldita vez.— demandó el rubio.

Sen no tenía idea de quién era ese hombre, pero supuso que estaba relacionado con los dos chicos anteriores y pensó seriamente en darse a la fuga. A leguas se notaba que ese rubio cenizo y alto iba a hacerlo papilla en tres segundos, y sintió miedo.

Sen bajó, y se posicionó delante de aquel robusto hombre temblando como hoja.

— ¿Quién demonios eres, y por qué andas molestando a esos dos jodidos críos?

Kaibara quedó en silencio, mirando con terror la mirada granate clavarse en cada célula de su cuerpo. Katsuki impaciente levantó su martillo, insinuando una posible quebrada de huesos.

— Me pagan, señor.— dijo en tono de voz alto mientras lágrimas querían ser derramadas. Tenía miedo.

— ¿Por acosar jóvenes? Maldito enfermo.

— No es mi culpa.. ¡Lo juro! ¡Lo juro!

Katsuki sin ningún remordimiento rompió el vidrio de la puerta del carro, y tomó dos cámaras digitales y un celular. Los guardó en su chaqueta, y le metió un golpe directo a la nariz al otro, dejándolo completamente noqueado.

Luego de allí, tuvo que devolverse y salir de ahí sin mostrar tanta empatía hacía las víctimas. Esperando a que su novio devolviera a la castaña a su casa sana y salva.






























































AÚN NO SUPERO QUE LA TRAIDORA SEA HAGAKURE 😣😣😣

[MI AMOR PLATÓNICO ES UN PROFESOR. | BAKUDEKU ⚘]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora