El peliverde aún consternado por la pequeña escena anteriormente vivida, intentó recomponerse y caminar un poco más rápido para llevar a la chica a su casa. La joven Ochaco, aún asustada, se mantenía firme aunque le dolía horriblemente su vientre.
— ¿Quién era ese? — preguntó aún temblorosa la castaña.
— No tengo idea. Podía ser uno de esos secuestradores que les gusta acosar a a gente por las calles, y extorsionar personas...
— No me refería a eso, Izu-
— Mira, ya casi vamos llegando a tu casa.. me alegro de que no haya pasado nada más grave. — sonrío grande el peliverde.
Ochaco lo miró incrédula y algo enojada porque no la dejó terminar de hablar, aún así, asintió efusiva mientras se tocaba inconscientemente su vientre.
— Aquí estamos...
Al llegar al condominio donde vivía la chica, ella pidió amablemente que podía llegar sola hasta su casa, y que después le avisaría de cualquier cosa a su ahora amigo. El pecoso acató a todo, y se fue sin más. Llamó nuevamente a Katsuki, quien de inmediato fue a buscarlo.
Uraraka al llegar a su casa, vio como su madre estaba sentada en la sala viendo televisión. La chica saludó cortésmente pero la voz gélida y totalmente ronca de su madre, le hizo quitar todo tipo de tranquilidad. Su pulso se aceleró y miró con terror a la adulta.
— Hija, tenemos que hablar. Ya supe todo con referenci-... — fue lo único que escuchó la castaña antes de caer al suelo desparramada y totalmente desmayada.
(...)
Shoto se encontraba en su oficina, comiendo donas que les había traído uno de sus amigos antiguos de los tiempos en la preparatoria, Inasa Yoarashi.
Si bien, no le gustaba comer en la hora laboral tenía una terrible ansiedad que no le permitía estar tranquilo y comer donas de chocolate con relleno de fresa le recordaba muchísimo a su adorada Mochi. Miró con desdén las fotos que aún quedaban de Momo en el lugar, ya que no se atrevía a quitarlas por un acuerdo que había entre familias. Suspiró cansado, y sintió su celular sonar alto indicándole una llamada entrante.
— ¿Aló? — contestó aburrido el bicolor. — ¿Qué se le ofrece?
— Hola mi querido Shoto.. espero que no me hayas olvidado...
— Momo...
La pelinegra cortó la llamada, dejando sorprendido y enojado al adulto en su lugar. Todoroki sabía bien que la chica ya había empezado a jugar, y no pasaría mucho tiempo para empezar con sus movimientos.
— Joder.. — susurró el bicolor mirando hacía su celular, quizás aguantando las ganas de hablar nuevamente con su ex novia. De repente, su celular recibió una nueva llamada por parte de su padre, entonces el chico contestó.
— ¡SHOOOOOOTO! — gritó eufórico el hombre a través de la llamada.
— Aquí estoy. ¿Qué quieres?
— Te necesito en mi oficina mañana a las 5:30 por la tarde. No quiero excusas. — demandó el robusto hombre seriamente.
— Allí estaré.
Terminó la pequeña conversación, dejando al pobre hombre con más ansiedad y nerviosismo que antes.
(...)
— ¿Te encuentras bien? — preguntó el rubio suavemente mientras manejaba.— ¿Qué tal la cara redonda?
Izuku veía como la avenida cada vez se llenaba más y más de autos, había un tráfico horrible.
— ... Kacchan... te-tengo m-miedo.. — habló angustiado el menor.
— ¿A qué le tienes miedo? — estacionó su auto cerca de una pequeña plaza. Hizo una pequeña señal con su mano avisando que ese lugar era a donde llegarían, y el peliverde acató de inmediato, saliendo del carro.
— Verás, Deku... Todos le tememos a algo.. todos sentimos miedo y eso es jodidamente normal.. pero no puedes ser dependiente a ellos.. debes superarlos..
— No puedo superar a Ochaco..
— ¿Q-Qué...? — Katsuki enderezó su espalda y su cara era de total incredulidad. Luego relajó el rostro y suspiró, eso también lo entendía.— .. En ese caso.. también tienes que superarla..
— No me refiero a eso.. Desde que llegaste a la ciudad, a la universidad.. a mi vida.. Muchísimas cosas cambiaron notablemente.. fue un giro muy brusco y rápido.. Yo aún no termino de procesar todo lo que he vivido durante todo este tiempo.. — Izuku hablaba lentamente mientras su cara solo reflejaba confusión pura.— ... justo cuando estaba en una buena etapa de relación con ella, llegaste tú y consigo, también Todoroki.. ambos.. al mismo tiempo.. Como si el destino ya estaba prediciendo esa ruptura o abertura en la hora exacta.. Lo más increíble de todo es que yo siempre esperaba por tu llegada, y también sé que Ochaco esperaba por la de aquel hombre.. Me duele, Kacchan.. ¿Qué pasa si tal v...?
Katsuki al ver a Izuku en un estado de preocupación tan alto, no lo soportó por mucho y le abrazó con ternura. Acariciaba su cabeza y lo apretaba levemente, como si lo quisiera refugiar dentro si mismo. Izuku rompió a llorar bajo los brazos de su novio.
— Deku... cálmate.. no sé porqué mierda piensas en eso pero te aseguro que no es tu culpa. — dijo suavemente en su oído.
Ambos seguían abrazados. Katsuki notó una pareja cercana que los veía con cierto recelo, pero no le dio tanta importancia. Había muchísima gente en ese lugar, y sabía que ante la sociedad una pareja homosexual nunca sería aceptada ni bien vista, menos con la cierta diferencia de edad que había entre ellos. Aún así, el rubio permaneció al lado del chico sin despegarse ni un segundo.
~
Unos minutos después, ya Izuku se había recuperado de su reciente llanto y hablaba de otras cosas con el adulto. Katsuki le animaba a hablar de sus gustos, aunque era muy repetitivo en ciertos temas, él jamás le quitó la mirada de encima ni le reprochó nada. Escuchaba atentamente, sin interrumpir y comentaba cada que le pedía alguna opinión. Hacía años que nunca se había sentido tan feliz, y para Izuku era totalmente igual. Querían permanecer la vida entera así.
Me siento mal
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[MI AMOR PLATÓNICO ES UN PROFESOR. | BAKUDEKU ⚘]
Teen FictionIzuku Midoriya es un estudiante universitario de 19 años de edad. Cuando pensaba que su vida estaba resuelta y perfecta, su antiguo amor de infancia (Katsuki Bakugo) llega para ponerle el mundo de cabeza. Los personajes no me pertenecen, son propios...