12

2.1K 231 299
                                    

Ya había pasado una semana que Ochaco ignoraba a Izuku, actuando extraño y menos empalagosa que antes. El peliverde lo notó. Estaba triste. Decepcionado. Tenía una decisión ya tomada para con su novia. Pero antes de eso, necesitaba hablar con un amigo para confirmar su tan querido plan. Y ya tenía una persona en la cabeza, e iba directo en busca de ella.

- Bakugo-San! Necesito su consejo.- Izuku estaba nervioso y esperando lo peor de su profesor.

- Bien, habla.

- Pero aquí no. En su.. d-depar.. departamento!.- su voz salió sumamente baja.

- Hoy.

- Vale.

...


- Uh, Shoto, quiero hacerlo.- Estaban en la cama besándose apasionadamente.

- ¿Sí?, yo también preciosa, uh.

Y ambos en su burbuja terminaron haciendo el amor.

...



Izuku estaba justo en una parada de autobuses, esperaba pacientemente a su profesor. Estaba nervioso y su corazón no dejaba de saltar en su pecho. Por un momento, pensó seriamente en retractarse y decirle a su profesor que ya no iría, dejarlo plantado, técnicamente. Pero no podía, se sentiría aún peor de lo que ya estaba. Hasta que una bocina lo sacó de su trance. Era Bakugo en su carro esperando.

- Sube de una vez.- su voz estaba más ronca y firme.

- V-Vale.

Ya en el departamento del rubio, Izuku estaba en una especie de trance aún. La inseguridad le comía por dentro, no se sentía preparado para comentarle a su antiguo "crush" que estaba pasándola mal por una chica que era su novia. Simplemente contradictorio e irregular.

- ¿Quieres té, café, leche, coca, jugo, agua?.- el adulto estaba más servicial que nunca.

- Sólo agua, por favor.

- Uhm, haré leche tibia con galletas de avena. Espera un poco.

- B-Bien. No hay problema.- Izuku realmente no tenía prioridades esa noche, podía esperar un poco más. Tenia tiempo para pensar su plan.

Al cabo de 10 minutos ya estaba todo listo. Katsuki devoraba las galletas sin piedad, realmente le gustaban. El pecoso estaba sentando en el puff con sus piernas cruzadas esperando pacientemente. Su paciencia era su don y fuerte. Estaba tranquilo.

- Bien, escupe todo.

- Siento que mi novia me engaña.- su voz salió firme con confianza pero baja al terminar. Apretaba sus puños levemente, y su rostro se arrugada en aflicción.

- ¿Y?, ¿En qué puedo ayudar?.- habló con ironía y veneno en sus palabras.

- ¿Qué puedo hacer para que ella me quiera?, ¿Acaso tan poca cosa soy?.- sentía que en el cualquier momento lloraría. - No quiero perderla, ella ha sido todo para mí. Es parte de mí. Me duele, Kacchan. AYÚDAME!

Bakugo no lo pensó dos veces y arrulló al chico en sus brazos como si de un bebé se tratara. Besó su frente, inconscientemente. Y un silencio cómodo y cálido se hizo presente. Un silencio donde solo se oía los sollozos de Izuku.

- No llores por ella, no seas idiota.- un escalofrío recorrió el cuerpo del menor al escuchar la voz tan calmada del mayor en su oreja.- Ella no merece a un Deku como tú... Tú vales más que eso..

- No entiendo, Kacchan.- estaba confundido, Katsuki en su vida le había juzgado ni comentado nada al respecto de su relación. Y agradecía hasta tal punto. Pero algo lo desconcertó. Decía cosas que él no entendía.

- No debes ser tan dependiente de las personas, Izuku.- un hueco se hizo presente al decir esas palabras, pues, el rubio era totalmente dependiente a él, a su Deku, pero jamás lo aceptaría. O en dado caso, lo diría en voz alta.

- ¿Qué puedo hacer?.- su interés se hizo presente, y el corazón del rubio se regocijo en gozo por un momento.

- Debes terminar con ella. Pienso, que sería lo mejor.

- N-NO!.- el grito de Izuku, desconcertó al rubio. Él no entendía. ¿Para qué demonios le pedía consejos si igual iban a volver?

- No te entiendo, jodido Deku.

- Y-yo no quiero terminar con ella.- su rostro triste hizo que Bakugo se enojara.

- Joder, ¿aún así ella estando con otro? ¿Tan poca maldita dignidad tienes?.- había salido de sus cabales. Izuku quedó quieto por un rato sin saber que decir. Él no tenía pruebas para hablar tan mal de la castaña. No podía permitírselo pero aún así, guardo silencio pensativo.

Bakugo al no ver reacción en el chico, lo tomó por los hombros, sacudiendolo levemente para hacerlo entrar en razón.

- Dime, Deku. ¿La amas tanto como alguna vez me amaste a mí?.- El rubio se arriesgó, lo sabía.

Izuku cayó al suelo, llorando. Hecho bolita, y preguntándose que había hecho mal en su vida pasada para estar pagando tantas malas consecuencias. Era un infierno. Katsuki por su lado, se masajeaba la sien. Se sentó en el sofá color crema, y suspiró sonoramente. No sabía qué hacer. No quería más problemas, y frente a él estaba la raíz de todos.

- Vamos a dormir, debes estar cansado.- le estiró la mano en busca de aprobación, y fue aceptada.

- K-Kacchan..- El pecoso hablaba en susurros. - ¿puedo dormir contigo? Necesito que me abraces.

- Haz lo que quieras.

- Bien..














Es fanática de lo sensual, ella tiene una foto mía y yo me la puedo imaginar lo que hace cuando esta solita. 😈😈😈😈

[MI AMOR PLATÓNICO ES UN PROFESOR. | BAKUDEKU ⚘]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora