Capítulo 28

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Damn it.

Mackenzie, no.

Deja de pensar en él.

Me quedo en silencio un momento para que él me toque de nuevo la mejilla. Eso hace que mi respiración se entrecorte, y mi corazón empiece a volver a latir rápido. No me separo, es en estos momentos donde otro lado de mi, me domina completamente. Ese lado que actúa como imán junto a él.

Acaricia mi mejilla con su dedo pulgar, sus ojos siguen aguamarina pero se oscurecen un poco. Con su otra mano toca mi cadera y la aprieta levemente. Siento cómo un calor se empieza a acumular en mi entrepierna.

Acerca su cara y su respiración se mezcla con la mía, ladea su cabeza y eso hace que esté a punto de darme un paro cardíaco.

Sus labios están tan pero tan cerca de los míos que si me acerco un solo centímetro voy a tener sus labios en los míos.

Mientras, sigo inmóvil, mis manos están prácticamente pegadas al césped a mi lado. No me muevo. Y me entran unas increíbles ganas de besarlo también. Bajo mi mirada a sus labios y él hace lo mismo.

—¿Me dejarías besarte, Kenzie? —habla ronco y muy pero muy grave.

Holy shit. No puedo respirar.

No respondo a lo que dijo, así que él con una leve caricia baja su dedo índice de mi mejilla y la recorre por mis labios, le sigue mi mandíbula, baja a mi cuello y se va hacia el centro de mi pecho. Sé que él puede sentir mi corazón latiendo a millón, por eso sonríe de boca cerrada.

Enreda con cuidado su dedo en el botón del sweater verde y lo desabotona con un dedo. Eso ahora, envía escalofríos por todo mi cuerpo, él lo vuelve a notar y nota otra cosa que también se traspasa de la tela de mi sweater.

Sí, mis senos erectos.

«¿Puedes besarnos de una buena vez?»

Quita su dedo y lleva su mano a su boca pasando su pulgar por su labio inferior mirándome de arriba a abajo.

Por fin, mi cuerpo decide hacerme caso y me paro del césped para ir al carro a abrir la puerta y para mi sorpresa el radio está prendido. No me había dado cuenta de este detalle.

Busco la emisora que más me gusta y empieza a sonar Talking to the moon de Bruno Mars.

Salvada por Bruno, muchas gracias.

Vuelvo a Eric a paso indeciso y me acuesto en el césped sin mirarlo. Cierro mis ojos y puedo sentir su mirada en mí perfil.

—¿Y eso por qué fue? —pregunta.

—Hacía falta un poco de música —respondo abriendo mis ojos y dirijo mi mirada de lado—. ¿Cuál es tu cantante favorito? —pregunto queriendo obviar mis pensamientos y lo que sucedió hace unos segundos.

Él aparece pensarlo un momento antes de responder.

—Me gusta mucho The weekend y Macklemore —responde acostándose al lado mío.

—Buena elección, ¿Y cantante mujer? —sigo preguntando, ya que veo que tiene buen gusto musical.

—Mmm... —lo piensa—. No tengo, creo —ríe bajito.

—Can't hold us, es muy buena.

Glorius es superior, sabes, incluso su nombre se parece al tuyo —dice—. Mack-lemore —bromea.

—Oh vamos —río un poco indignada—. Que chiste tan malo.

—Sí, igual prefiero mil veces decirte Kenzie —dice y me sonrojo.

The color in your eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora