Capítulo 24

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¿En las duchas?

Oh, ok... je, je.

Todos empiezan a irse del campo. Siento cómo mis mejores amigos bajan a dónde estoy yo.

—¿Cómo se llama la rubia? —pregunta Emily.

Cierto, no sabemos su nombre.

—Oí que sus amigas le dicen Bella. —dice Leo apoyado en el barandal.

¿¡Qué!? ¿Será la Bella que yo creo que es? ¿La Bella que he visto que ha llamado a Eric y a Ethan?

Entonces... No son novios, o sea, ella y Eric. Bueno, si me quiso besar hace unos días supongo que no eran novios. ¿Entonces son primos? ¿Amigos cercanos?

—Vamos. —nos apura Emily.

Salimos del campo y entramos al pasillo con los lockers.

—Chicos, yo voy a ir a ver a Ethan. Ya vuelvo. —anuncio y ellos asienten.

Paso y cruzo varios pasillos hasta que llego al área de las duchas.

Varios chicos salen con toallas desde la cadera para abajo. Están todos mojados y sus abdominales quedan perfectamente a la vista. Un chico moreno se acerca y dice:

—Adentro está West. —dice y le doy las gracias.

Entro y lo veo sentado en un banco de metal color rojo, al rededor están lockers también de color rojo, hacia atrás están las duchas calientes y las bañeras con hielo para que se refresquen.

Ethan está mirando su casco. Me acerco con cuidado y le beso la mejilla. Él me toma de la cadera y me sienta en su regazo.

Arrugo la nariz, él se ríe.

—Estás sudado. —paso mis manos por sus hombros y pecho.

Sigue con su sonrisa y en respuesta me aprieta los glúteos. De una siento una corriente eléctrica en mi entre pierna.

—Perdimos. —dice mientras me acaricia con cuidado los glúteos.

—Ganarán el partido de la temporada que viene ahorita. —le doy un rápido beso en los labios para pararme, pero, cuando lo intento él me agarra la cadera y empieza a besarme el cuello—. Ethan aquí no podemos, puede entrar cualquier persona. —susurro.

—Ya hablé con los chicos para que no entren. —dice entre besos.

Baja a mi pecho y deja un pequeño camino de besos, su mano pasa a mi vientre y lo acaricia con cuidado. Su otra mano sigue dando de vez en cuando unos apretones. Gimo suave cuando su mano se va a mis pechos.

Él gruñe en respuesta, y me carga hasta un pequeño hueco dónde no se puede ver que hacemos. Me pega contra la pared y para bajarme pasa sus manos en mis piernas, en un momento pasa su mano a mi intimidad y a través del jean que tengo puesto siente mi humedad. Eso hace que vuelva a gruñir, haciéndome sentir cómo poco a poco se forma una dureza.

Me restriego contra él encima de su uniforme. Pongo mis manos en sus hombros y busco su boca. Yo tomo el control y literalmente me como su boca. Él abre la boca más para dejar que su lengua encuentre la mía. Vuelve a apretar mis glúteos, pero esta vez más duro, más necesitado.

Rompo el beso y decido atreverme a decir:

—¿Te empiezo a quitar la ropa yo o tú empiezas conmigo? —digo entre jadeos.

Cómo respuesta recibo una sonrisa perversa y cada vez se ve más el bulto en su pantalón.

Rápidamente me saca la camisa y yo le saco todo el armamento que tiene encima, fue un poco difícil, pero se logró. Esta vez sin nada que me obstruya, paso mis manos por sus músculos y abdominales. Magrea mis tetas por encima del sostén, echo la cabeza hacia atrás y vuelvo a gemir.

The color in your eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora