♡Extra: Home♡

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Aella

Llego cansada de mi clase de baile, siempre cuando terminamos tan tarde termino muerta.

Nayvee quería que fuéramos a cenar pero no aguanto mis pies, necesito descansar.

Abro la puerta de la casa, me dirijo a la cocina y me sirvo un vaso de agua junto con pedazos de fruta.

Reviso en la nevera si me dejaron la cena. Si. Mamá lo dejó con un papel con mi nombre.

Los busco en el jardín de la casa y no los veo ahí. Normalmente se quedan un rato admirando el cielo mientras hablan y se abrazan el uno al otro.

Cualquiera diría que ver a sus padres haciendo ese tipo de cosas es asqueroso o incómodo.

En lo personal, a mi me encanta ver como papá sigue amando con la misma intensidad a mamá. Si, la mayoría del tiempo hacen ese tipo de cosas en su privacidad pero hay veces que es inevitable que mi hermano y yo lo veamos. Sobretodo yo.

Hay veces que también papá no puede evitar llenarla de besos en el rostro en las comidas por algo que dijo, o cuando se empiezan a hacer cosquillas en el sillón mientras ven una película. Que al final mamá termina cantando todas las canciones que colocan.

Se ven tan joviales y tan llenos de amor cada que se ponen así... Me hacen suspirar y desear un amor de la misma manera.

Subo las escaleras al cuarto de Bryce. Necesito tiempo de caridad con mi hermano.

Hay tres días a la semana que tengo clases prácticamente todo el día, salgo del colegio y voy al estudio de baile. Entonces en la noche cuando llego es mi momento para ponerme al día con todos.

Toco la puerta y abro de inmediato.

—Knock knock —le sonrío—. Hola —me tiro en su cama junto a él.

Quita sus audífonos over-ear y me sonríe. Le revuelvo su cabello rubio oscuro y observo los acordes de una canción en la mesa de noche.

—Son de la canción que te dije que grabé con mamá —dice y se dirige a su computadora.

Bryce ama los instrumentos, creo que sabe tocar todos. Y ama ayudar a mamá en el estudio cuando puede.

—¿Qué tal fueron hoy las cosas con la susodicha? —me siento en la cama.

La susodicha es la chica que le gusta.

—Sigo sin tener el valor para acercarme a ella —baja un poco la mirada.

Bryce es muy penoso con las personas que no está acostumbrado. Le toma tiempo obtener confianza.

Chasqueo con la boca.

—Espero que no te quedes por el resto de tu vida con ese amor platónico sin ni siquiera haberla invitado a comer un helado o algo—hago una pausa—. ¡Debes arriesgarte!

—Hoy tenía pintura en el rostro —sonríe y sus ojos se iluminan.

—¡Anótate en la clase de pintura! —opino y el empieza a negar—. ¡Vamos B! —me levanto y muevo sus hombros de un lado a otro—. ¡Así tendrás más chances de hablarle!

The color in your eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora