Eric
Los sueños muchas veces pueden ser engañosos. A veces lo sientes tan real, que ni quieres despertar, o, quieres abrir tus ojos para desaparecer de la pesadilla que estás soñando.
Es la primera vez dentro de mucho tiempo que tengo una pesadilla como esta. Normalmente no suelo tenerlas.
Veo a mi papá, dándome una cachetada, haciendo que mi cara se vaya a un lado. Mi mamá, en el fondo llorando de desesperación al ver las cuentas pendientes más la escena entre su esposo y su hijo.
—Maldito demonio —lo dice lleno de rabia, veneno. Escupe a un lado.
Tengo mi mano contra mi mejilla mientras dejo las lágrimas brotar en silencio. Sabiendo que, si llego a decir algo, puede empeorar la situación.
—Déjalo, Ryan, es solo un niño —jadea mi mamá.
—¿En serio, Victoria? —se acerca hasta ella, pero sin llegar a tocarla—. ¿Tenías que parir a este fenómeno?
Victoria llora más fuerte, su cabello rubio cayendo por sus hombros y sus ojos azules denotan una increíble tristeza.
—Es tu hijo —solloza—. Nuestro hijo. ¿Cómo te atreves a hablarle así? —murmura.
—Desde que, por culpa de este animal de mierda —me señala—, nos estamos quedando sin dinero. Intentando de encontrar que coño tiene en sus asquerosos ojos —habla firme, no dice nada más y sale de la casa dando un portazo.
Sé que se va a casa de ella. A buscar a su mamá. Porque cuando las cosas se complican, manda todo a la mierda y se va con su amante.
Lágrimas siguen saliendo de mis ojos. Lo mínimo que me reconforta es saber que nunca llegó a maltratar a Victoria.
—Eric, cariño... —empieza y sé qué es lo que va a decir.
Solo asiento y me voy a cuarto. Me siento en la cama, y comienzo a ver a través de la ventana a esa chica con ojos color miel. Bailando canciones de princesas en su cuarto.
Más que una pesadilla, es un jodido recuerdo.
Logro salir de él, aún con los ojos cerrados, busco con mi brazo a mi novia, y la arrimo hacia mi. Empiezo a oler el aroma característico de ella, me reconforta, me alivia.
Se remueve y se gira para que su rostro quede de frente a mi.
—Estás sudado... —murmura y abro los ojos.
Hasta ahora me doy cuenta de cómo mechones de cabello se pegan en mi frente y cómo mi torso y espalda están llenos de sudor.
Lleva su mano a mi frente y comienza a apartar el cabello. Baja a mi mejilla y comienza a acariciarme. Cierro los ojos ante el contacto, disfrutando de su toque.
—Solo es un mal sueño —explico volviendo a abrir los ojos. Agarro su cadera y dejo que entrelace sus piernas con las mías.
—¿Quieres contármelo? —pregunta de manera suave.
No puedo evitar pensar lo jodidamente tierna y hermosa que es.
ESTÁS LEYENDO
The color in your eyes
RomanceMackenzie es una chica amante de la música que lleva bastante tiempo sin gustarle una persona real... Si, esa chica que solo se enamora de personajes literarios. Todo cambia cuando conoce a un chico que tiene una rara pero hermosa peculiaridad en s...