EXTRA 3. Jimin

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Decir que se encontraba nervioso era apenas un eufemismo para cómo se sentía realmente. Su cuerpo temblaba como si se tratase de una fina hoja siendo sacudida por el viento. Un sudor frío parecía recorrer todo su cuerpo, y esa necesidad de moverse de un lado para otro parecía no terminar nunca. Quería subirse hasta por las paredes si es que eso lo ayudaba a mantenerse relajado y a mostrar una imagen mucho más responsable y segura. Pero no podía, al menos no en ese momento. Todo su sistema parecía traicionar cada uno de sus deseos y, realmente, empezaba a plantearse el estoicismo que según muchos lo caracterizaba. O lo había caracterizado en el pasado, estaba seguro que desde que conoció a Kim Taehyung algo en él cambió, como si se hubiese vuelto más humano o más sensible.

Sonrió mientras dirigía su mano a uno de sus bolsillos. Había pasado suficiente tiempo como para que aquello ya no fuera una locura. Palpó la cajita que guardaba ahí. Desde hacía un par de semanas se había debatido cuando sería el momento perfecto, había cargado aquella pequeña caja a todos los lugares a los que iba. Incluso se la había enseñado al pequeño Jaemin, que había aplaudido por lo brillante que se veía la joya.

Quizás ese día sería el día.

Fue entonces que lo vio aparecer. Taehyung estaba dejando su cabello crecer un poco y había regresado a su color natural. Con ello, había descubierto cómo al modelo le encantaba ondular su cabello, y cómo estas mismas ondas provocaban que sus rasgos fueran más afilados y llamativos.

De su mano, venía una pequeña niña que se andaba con cuidado. Desde hacía casi un año y medio Taehyung y él se habían comprometido en la adopción de la nueva integrante de la familia. No obstante, este proceso se había alargado mucho más de lo esperado y pese a que habían podido pasar algunos días con la pequeña, hasta ese momento no habían conseguido el visto bueno para que esta fuera llevada a la casa, finalmente, bajo el apellido Jeon, la segunda Jeon de la casa.

Los ojos de la pequeña brillaron cuando vio a Jungkook parado en la entrada del edificio con un pequeño peluche que los tres habían visto en una tienda el último día que pudieron salir a pasear juntos. Ella se había quedado observándolo durante un rato, pero cuando los mayores le propusieron comprárselo pero ella se había negado.

- ¡Papá Kook! - chilló la pequeña mientras dejaba la mano de Taehyung y a pasos torpes corría hacia Jungkook, quien la esperaba con los ojos brillosos, los brazos abiertos y una gran sonrisa.

Se había prometido a sí mismo que no volvería a llorar cuando su familia lo llamara por primera vez papá, pero no podía evitarlo. Pero era tan difícil. ¿Cómo podría no emocionarse cuando Jaemin y, a partir de ahora, la pequeña Jimin lo miraban como si fuera un héroe? Nunca se había imaginado a sí mismo como padre; la idea de tener una familia nunca le había resultado demasiado atractiva.

La niña se abrazó a él con fuerza y él no dudó en alzarla para poder estrecharla mejor entre sus brazos. Taehyung luchaba por mantener las lágrimas en sus ojos. Hacía unas semanas Jimin les había preguntado si ellos eran sus padres. En ese momento, ambos sintieron su corazón latir con fuerza. Aquella niña que se alejo de todos, pero que se sintió atraída hacia ellos les había abierto su corazón, los había aceptado incluso antes de que todo fuera oficial.

- Mi pequeña - susurraba Jungkook sin parar mientras llenaba sus mejillas de besos.

Cuando conocieron a Jimin por primera vez, les había llamado la atención lo delgada que estaba la pequeña. Estaban seguros que para una bebé de su edad aquel peso ni siquiera rozaba lo normal. Desde que habían empezado las visitas para ver si la pequeña se acostumbraba a su presencia, había empezado a comer más.

Ahora, la pequeña Jimin tenía un peso ideal y sus mejillas habían aparecido logrando  que se viera incluso más adorable que antes.

- ¿Tienes ganas de conocer a tu hermano? - preguntó Taehyung.

Fraude. [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora