CHAPTER 23

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Sus rostros estaban tan cercas. Parecía como si hubiera una fuerza externa que los atraía, que los impulsaba a unir sus labios. Ni siquiera el pequeño Jaemin parecía querer romper la esfera, jugando con las sábanas mientras miraba a sus padres con curiosidad. Sus labios rozaron, causando infinidad de corrientes por ambos cuerpos. Jungkook había extrañado la suavidad de los labios contrarios.

El teléfono de Jungkook comenzó a sonar, sobresaltando a ambos. Sus cabezas chocaron a causa de los movimientos bruscos que ambos hicieron a la vez. Jeon se levantó un poco trastornado, como si no entendiera lo que estaba pasando.

Se acercó hasta donde el móvil reposaba. En la pantalla vibraba el nombre de aquel abogado. Maldijo en voz baja. Ayer había intentado contactar con él después de hablar con Johnny, pero no había conseguido hablar con él. Ahora mismo, lo único que tenía eran ganas de gritarle por interrumpirlo. Miró de soslayo a Taehyung. El mayor jugaba nerviosamente con el pequeño. Sonrió. Adoraba verlos juntos.

Quería poder besar sus labios. Le gustaría ser una familia de verdad.

Pero ahora mismo, tenía que trabajar. Al menos, por unos minutos. Ese era su día libre y pensaba disfrutarlo al máximo con Taehyung y Jaemin, como le había prometido al mayor.

- Buenos días - habló nada más descolgar la llamada -. Sí, le llamaba porque ayer hablé con él. No quiero que mi empresa se vea perjudicada, pero no vamos a atacarlo. Vamos a asumir la culpa - dejó de hablar durante unos segundos. Taehyung ni siquiera le estaba prestando atención, pero él no podía alejar sus ojos de él -. ¿Podemos hablar de esto el lunes mejor? - preguntó, tratando de mostrarse educado en todo momento - Sí, sí. De acuerdo. Quedamos en eso, entonces. Sí, sí, claro, sin problema. Gracias.

Observó el móvil durante unos segundos después de terminar la llamada. Nunca había hecho aquello. Cuando el trabajo llamaba, siempre pasaba a ser lo más importante. Tomó dos largas respiraciones antes de apagar el dispositivo. Si quería dedicarle el día a Taehyung y a Jaemin, debía olvidarse de su trabajo.

Por hoy, no sería Jeon Jungkook. No estaría al cargo de una de las empresas más importantes de Corea. Hoy solo sería Jungkook, el joven dispuesto a darse una oportunidad de descubrir qué era lo que pasaba.

- ¿Era algo importante? - preguntó Taehyung curioso.

- No, no - contestó restándole importancia -. ¿Desayunamos? - preguntó.

Una sonrisa se dibujó en los labios de Taehyung mientras asentía. Jaemin, por su parte, solo soltó un pequeño chillido de felicidad. Posiblemente, dejase de estar tan feliz cuando descubriera que tenía que comer.

Si había algo que Jaemin odiaba era comer.











Durante todo el desayuno, ambos habían estado jugando un poco hasta que Jaemin empezó a llorar por no querer comer. Entonces, se habían olvidado de las risas y los juegos para prestarle atención al pequeño niño. Al principio de conocerlo, notaron aquella actitud extraña. Jaemin era un buen bebé. Dormía las noches de seguido, era risueño y siempre encontraba una forma de divertirse. Sin embargo, nunca la ponía fácil a la hora de la comida.

- ¿Está dormido? - preguntó Jungkook con cuidado de no alzar demasiado la voz.

- Sí - susurró Taehyung -. Está agotado después de todo el llanto. Supongo que despertará en una hora o así.

Jaemin adoraba dormir. Dormía siempre que podía y durante largos tiempos. Además, odiaba ser despertado a deshoras.

Abandonaron la habitación del pequeño y se dirigieron al salón, donde se sentaron cómodamente en un sofá de dos plazas. Quizás podrían ver una película juntos mientras esperaban a que el bebé se levantase. Luego, podrían seguir con sus planes para ese sábado.

Fraude. [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora