CHAPTER 8

8.3K 1K 68
                                    

El lugar estaba abarrotado por gente joven, posiblemente casi todos de la industria del entretenimiento. Era un lugar bastante reservado al que no daban acceso a cualquiera, y Jungkook no pudo evitar sentirse fuera de lugar entre aquellos chicos exclusivos. Se aferró a su compañero de casa como si su vida dependiera de ello, llevaba tanto tiempo sin dedicar su poco tiempo libre a su ocio personal que no estaba seguro de siquiera recordar cómo estar en un sitio así. Necesitaba mimetizarse con la "juventud". Aunque allí casi todos estaban rondando la misma edad.

- ¡Ven, vamos a tomar algo! - el castaño se hizo escuchar por encima de la música.

Él solo asintió mientras agarraba lo agarraba de la muñeca, para no perderse entre la multitud. Tenían que atravesar toda la pista de baile. Podía sentir los cuerpos chocar contra el suyo en un vaivén constante. Nuevamente, se encontró a sí mismo cuestionándose su decisión de acompañar a Taehyung en esta tonta aventura. Nunca se había muerto por no salir, y aunque era verdad que su necesidad por saciar su líbido era alta, sabía de otras formas para hacerlo.

No creía que ninguno de sus amigos se fuera a negar a ello. Aunque desde que algunos de ellos se había echado pareja, las cosas habían cambiado. Quizás sí era la mejor idea, pero tenía un muy mal presentimiento acerca de esa noche.

- ¿Taetae? ¡Qué de tiempo! Creí que ya no te vería más por aquí.

- Desde que dejé de ser un trainee y la empresa me dejó de alojar todo ha sido un poco caótico - le contestó este al camarero.

El pelinegro observaba la escena con confusión. Él creía que el modelo había sido trainee en su pueblo natal y luego, había abandonado su hogar para adentrarse en la ciudad. Sin embargo, parecía haber un transición entre ambas cosas, una que él desconocía. No pudo evitar sentirse excluido de la conversación.

Sobre todo porque era obvio que aquel joven de cabellos castaños, aunque de una tonalidad más oscura que la del propio Taehyung, estaba intentando ligar con él, delante de sus ojos. No es que fueran nada pero, ¿a quién se le ocurre coquetearle a alguien que ha llegado acompañado? Se golpeó mentalmente ante la tontería que estaba pensando. Necesitaba, de verdad, echar un polvo y sacarse de su cabeza a ese chico de sonrisa cuadrada.

- ¿Entonces muchos cambios en tu vida? - preguntó el camarero, del que Jeon aún desconocía el nombre, y a no ser que Taehyung lo mencionase en algún momento, dudaba llegar a conocer.

- ¡Muchos! Tengo un empleo en una gran agencia, lo cual es genial, y no vivo solo como pensaba... - se llevó la mano al mentón buscando en su memoria que era aquello que faltaba, hasta que algo se iluminó en su memoria - ¡Ah! ¡Y ahora soy padre!

El chico tras la barra casi deja caer la botella de alcohol que tenía en sus manos cuando su amigo dijo eso. ¿Padre? Creía recordar que no hacía más de nueve meses desde la última vez que vio a su menor, por lo cual era imposible que este hubiera dejado embarazada a una chica. Además, él no era... No tardó en reparar entonces en el chico de piel pálida y aspecto serio que acompañaba al castaño.

- Jaemin es un encanto, y tú olvidándote de él - acusó Jeon al darse cuenta de los cálculos que el camarero estaba haciendo. Sí, él planeaba dejar en claro que aquel niño era también suyo -. ¿Así te llamas padre de nuestro hijo?

- ¡Yah! Jungkook no me he olvidado, sabes que no podría.

Ahí estaba, los ojos de Taehyung lo miraban sólo a él mientras hacía un pequeño puchero. ¿Cómo podía alguien ser tan feroz ante una cámara y luego tan tierno en la vida real? Sin duda, el modelo era el paquete completo y... Jungkook se estaba volviendo a desviar en sus pensamientos, pero es que todo lo que hacía el modelo lo hacía recordar lo bueno que sería disfrutar de él sin inhibiciones.

Además de que...

Su hilo de pensamiento fue cortado abruptamente cuando el camarero reclamó de nuevo la atención del par cuando le pidió de manera educada que le presentase a su acompañante, ya que "parecía alguien interesante".

- Oh, claro. Sanghyuk, él es Jungkook, vivo con él. Jungkookie, él es mi amigo Hyuk. Nos conocemos desde que llegué y Taeyong me trajo a este lugar - habló con una sonrisa.

- Eran los imparables Tae. Robaban la atención de todo el mundo.

- Eso no es verdad, hyung - se quejó.

- Seguro que él no ha mentido - se atrevió a comentar Jungkook mientras pegaba su cuerpo al del castaño -. Atraes los ojos de todo el mundo solo con tu presencia.

Los orbes oscuros de uno se encontraron con los avellana del otro. Ninguno se había dado cuenta de que estaban tan cerca. Sin embargo, ninguno puso pega a ello; estaban demasiado ocupados en llevar a cabo esa batalla de miradas que de notar como sus cuerpos eran atraídos casi magnéticamente entre sí, acercándose cada vez un poco más. Hasta que el encanto fue roto por el fuerte sonido del vidrio chocando la barra frente ellos.

Se separaron sobresaltados. Jeon sabía que dejarse arrastrar por el castaño era una muy mala idea. No había dejado de arrepentirse en ningún momento. Pero ser consciente de que tendría que luchar contra sí mismo durante toda la noche, ya le estaba pareciendo extremadamente agotador. No podía traspasar los límites con el castaño, no sólo porque vivían juntos sino porque era su jefe actual. Por dios, meterse con un empleado no estaba en sus planes.

- Gracias Hyuk.

Las mejillas de Kim estaban completamente sonrojadas, y para evitar que esto se notase, cogió su vaso con quizás demasiada fuerza, estrellándolo contra sus labios y alejándolo al momento al notar su rostro bañado por el licor. También notaba el dolor en su labio, justo donde se había golpeado con el vaso. Por suerte, el dolor era más interior que exterior. No podría sobrellevar el hecho de haberse partido el labio justo antes de empezar con la sesión de fotos.

De repente, sintió como alguien lo tomaba delicadamente por el mentón y comenzaba a pasar una tela suave con cuidado por su delicada piel, quitando los restos del líquido que aún se encontraba goteando por la línea de su mandíbula, si es que no había decidido hacer la curva de su cuello. Sus ojos se centraron en Jungkook, quien estaba concentrado en sus movimientos, limpiando con cuidado. Se tuvo que contener de soltar cualquier clase de sonido cuando el pelinegro comenzó a limpiar con caricias su cuello.

Taehyung tenía muchos puntos débiles, pero su mandíbula y su cuello eran probablemente de los más problemáticos. Y ahora el castaño estaba luchando para que su cuerpo no se calentase por la cercanía del contrario o por su dedicación a la hora de limpiarlo. A veces odiaba demasiado no tener una vida sexual activa, que le hubiera enseñado a controlar su cuerpo a placer, nunca mejor dicho.

- Listo - susurró Jeon, guardando su pequeño trozo de tela en el bolsillo en el que estaba antes -. ¿Te duele el labio?

Mintió, había negado porque de repente, sentía que le faltaba el aire ante la cercanía de su jefe. Necesitaba que se alejase aunque fuera un momento. Posiblemente, todo fuera ocasionado por la presencia de Sanghyuk junto a ellos. Ese chico era tan coqueto que siempre lo dejaba todo vergonzoso. Sí, debía ser la prolongación de efecto Hyuk. Estaba avergonzado y por eso tenía emociones encontradas.

Aunque su boca ahora guardase un sabor metálico a causa de la herida que tenía frente a sus dientes delanteros.

- Coge tu bebida, Jungkookie. ¡Vamos a pasárnoslo bien esta noche! - clamó con una gran sonrisa.

Era mejor actuar como si nada hubiera pasado. Como si nunca se hubiera visto afectado por nada de lo que había pasado hace apenas unos minutos.

Fraude. [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora