Acallar un deseo es peligroso e inconsciente, porque no sabes cuándo ese deseo va a explotar. En algún momento, este crece demasiado, arrasando con todo a su paso, sin la posibilidad de ser detenido. Entonces, no importa el lugar, no importa lo que haya alrededor o lo incorrecto que pueda parecer, porque solo existe ese instinto feroz que te obliga a romper la barrera que habías creado.
Quizás fuera eso lo que había desembocado en aquella escena. Se habían besado. Sí, y lo habían hecho antes. Pero siempre habían sido besos dulces, cuidados. Esta vez, no solo era diferente, sino que se sentía diferente. Como algo que ninguno de los dos jamás hubieran experimentado. Así que, ahí se encontraban. Taehyung mantenía sus piernas firmes alrededor de la cadera de Jungkook, mientras que este había estampado el delgado cuerpo del modelo contra una pared y lo había apresado casi con egoísmo. Sus manos viajaban de un lado a otro del cuerpo contrario. Sus labios se unían sin descanso, como si fuera algo prohibido, algo que debían aprovechar antes de que su tiempo se agotase.
De hecho, no estaban muy lejos de la realidad. En ese lugar, en ese momento, su amor estaba prohibido. El jefe no podía tomar el cuerpo de su empleado. El modelo no podía estar ofreciéndose al director. Nadie pensaría que es amor. No era bueno para la imagen de ninguno.
Pero eso no les importaba. No en ese momento. No cuando los besos de Jungkook fueron tomando dirección hacia el grácil cuello de Taehyung. La sensación húmeda de los labios contra su sensible piel mantenían a Taehyung en una nebulosa. Sabía lo que estaba sintiendo, había leído miles de veces acerca de esto. También había escuchado a la gente hablar. Pero nunca lo había experimentado.
Y no sabía cómo había estado tanto tiempo conviviendo con Jungkook sin sucumbir a algo tan placentero.
Se habían perdido el uno al otro en el momento que unieron sus labios con tanta intensidad. Una de las manos de Jeon se coló por debajo de la camiseta de Taehyung. El contacto de su piel cálida contra la fría contraria, causó un agradable escalofrío en ambos. Esos eran ellos, fuego y hielo, reencontrándose en una batalla feroz, entregándose a ese sentimiento que había crecido en su prisión.
Jungkook sabía que había caído por aquel ángel. No fue un amor a primera vista. Al principio, la molestia había dado paso al deseo. Había deseado tanto llevar a cabo estos escenarios con Taehyung. Sin embargo, pronto el deseo se abrió paso a algo más, algo que contuvo su atrevimiento, su necesidad del otro. Poco a poco, Jeon empezó a necesitar tener al contrario cerca. Saber que estaba bien. El miedo a asustarlo, a que se alejase. Eso había retenido sus sentimientos por el contrario, creando una montaña en su interior.
- ¿¡Pero qué...!?
Ambos se separaron abruptamente, logrando que Taehyung cayese al suelo. Ambos jóvenes miraron a la persona que había soltado aquella exclamación. Sus rostros se tornaron rojizos en cuanto se vieron interrumpidos. Abochornados ante aquella pérdida de control.
Habían olvidado que estaban en el despacho de Jungkook, en el horario de trabajo.
- Te he dicho mil veces que llames a la puerta antes de entrar - se quejó Jungkook, tratando de calmar su cuerpo.
- ¡Ni siquiera habían cerrado la puerta! - rechistó Yugyeom.
Pero Taehyung y Jungkook no estaban realmente preocupados por el secretario. De hecho, tras los absurdos intercambios que había tenido Jeon con él, Yugyeom ya tenía la idea de que ambos eran pareja.
Sin embargo, la cosa se planteaba diferente cuando se refería a Taeil, quien había entrado a la vez que el contrario. Él sabía que Taehyung tenía pareja, o tenía algo. Pero nunca llegó a pensar que se refería a Jungkook. Aunque eso explicaría muchas cosas acerca del joven modelo.
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Fraude. [KOOKV]
FanfictionJeon Jungkook era el príncipe del mundo empresarial coreano (por no decir asiático). Su meta era destronar a su padre, para ello había buscado una amplia casa en el centro de Seúl, donde quedaría más cerca de la empresa. Kim Taehyung era un futuro m...