Un joven de cabellos castaños paseaba por los solitarios pasillos de la empresa, casi todos ellos mantenían una iluminación muy fría e impersonal, que casi lo hizo sentir cierta hostilidad en el ambiente. Claro que, luego se dio cuenta de que el trabajo de oficina estaba supuesto a ser de esa manera: uno imparcial y lógico. La gente iba a trabajar únicamente con ese fin, no tenía por qué haber familiaridad. No era como si se tratasen de los modelos, que debían de sentir lo más cómodos posibles con el ambiente para que las fotos saliesen lo más naturales posibles.
Este sería su primer trabajo grande como modelo, sentía sus piernas temblar de la emoción. Quería conocerlo ya todo, estaba seguro que una marca como esa elegiría las mejores decoraciones y Taeil era uno de los mejores fotógrafos que le pudiera tocar. Estaba realmente emocionado por ello. Además, sería una experiencia de peso en su currículum, hasta Moon se lo había dejado caer.
Suspiró. Quería aquello, y a la vez odiaba la situación. ¿Por qué tenía que ser la cara de la empresa de su tonto compañero de casa? Jeon Jungkook era un ser malvado; no había forma de que el castaño se creyera que había sido todo un acto caritativo de aquel extraño joven de cabellos oscuros y apariencia amarga. Se rió al pensar que a aquel chico le hacía falta un buen polvo, pero la idea de que aquel idiota mantuviera relaciones en su casa compartida no le gustó nada. Sobre todo porque al muy desconsiderado le daría igual que Jaemin y él mismo lo escuchasen.
Jeon era un descarado. Taehyung no tenía duda de ello.
- ¡Hey, V! - escuchó a lo lejos, pero no prestó demasiada atención.
Aquel llamado se hizo ligeramente constante, pero el castaño en ningún momento se giró. De hecho, nunca lo habían tratado de V antes, y todavía se sentía lo suficiente nuevo y confuso como para no darse cuenta de que se referían a él.
Para su suerte, o su desgracia, aquel hombre no se dio por vencido y continuó con su cometido hasta haber hecho frenar al castaño, sosteniendo su hombro con cierta delicadeza.
El castaño se giró extrañado y observó al joven frente a él. Estaba seguro que no debía ser mayor que él, posiblemente compartiera la edad que tenía Jeon, aunque tampoco conocía cual era la edad de este. Reconocía perfectamente al tipo, su cabello era de una suave tonalidad castaña, ligeramente ondulado, como si aquella mañana no se hubiera peinado antes de ir a trabajar; era el que acompañaba a Jungkook de cerca en la sala. Posiblemente fuera o su secretario o su segundo al mando; y Taehyung supo que debería haberse sentido intimidado por el posible poder que tenía el más alto con respecto a él, a fin de cuentas, sólo era un modelo fácil de sustituir. Pero hubo algo en su expresión que lo hizo sentir un cambio de aires, como si todo a su alrededor se volviera amabilidad.
- ¿Me has llamado?
- Sí, llevo un rato gritando V - dijo mientras se rascaba la nuca.
- ¡Oh, Dios! Lo siento, aún no me he acostumbrado a ese apodo - suspiró -. En la agencia de Seúl me dijeron que un apodo era lo mejor, así que, bueno... Yo... - sus mejillas se sonrojaron ligeramente, tampoco tenía por qué darle tanto detalles a un desconocido.
- No te preocupes, no andabas demasiado rápido pese a tus largas piernas - comentó tranquilamente, su vista vagando por aquellas piernas de en sueño. El modelo se removió ligeramente incómodo -. No vine para ligar, verdad. Conoces a Jungkook - afirmó.
Hubo un momento de silencio, en los ojos avellanas del más bajito había claros signos de duda. No sabía si sería buena idea decir que lo conocía de fuera o negarlo... De todas maneras, parecía que aquel joven lo sabía. No le había preguntado.
- ¿Cómo os conocisteis? ¿Sois amigos? ¿Tenéis algún lazo que os una? Sé que eres de Daegu. Jungkook sólo sale de Seúl para ir a Busan, es imposible que os hayáis conocido hace mucho. ¿Qué hay entre vosotros?
El silencio ponía cada vez más nervioso al alto. Quería respuestas, necesitaba saber qué era aquello que unía a ese par. No sólo porque el castaño fuera increíblemente apuesto, y como ha dicho anteriormente, se viera perfecto en sus fantasías sexuales. Sino que también tenía que asegurarse que la relación entre ambos no fuera conflictiva ni salpicase a la empresa. Sin embargo, ninguno de los dos parecía dar su brazo a torcer.
Por otro lado, el modelo no dejaba de pensar en cualquier excusa para salir de allí... Hasta que la imagen de su hijo le vino como una iluminadora revelación. Ir a buscar a su hijo parecía ser la mejor opción. Luego huiría a su casa y se refugiaría en la habitación principal mientras jugaba con aquel pequeño ser.
- ¡Jaemin! -gritó y salió corriendo.
No se había dado cuenta de que estaba desatando una bomba. Algunos empleados curiosos se habían acercado a escuchar la conversación y ahora, todo ese área y el secretario del jefe pensaban que lo que unía al serio y sin sentimientos Jeon Jungkook y a aquel pecado con la apariencia de un ángel era un pequeño bebé llamado Jaemin.
- ¿Le he dicho a Jungkook que me quiero meter entre las piernas del padre de su hijo? - dijo más para él que para el resto del lugar. Cuando se dio cuenta de su reflexión, abrió sus ojos en demasía.
Su amigo había tenido un bebé y no le había dicho nada. ¿Qué clase de persona era Jungkook? Se suponía que entre ellos no había ningún secreto. Jeon ya le había guardado varios: 1) era gay, 2) tenía novio o... lo había hecho sin condón y ahora tenía que cargar con un hijo y 3) tenía un puñetero hijo.
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Fraude. [KOOKV]
FanfictionJeon Jungkook era el príncipe del mundo empresarial coreano (por no decir asiático). Su meta era destronar a su padre, para ello había buscado una amplia casa en el centro de Seúl, donde quedaría más cerca de la empresa. Kim Taehyung era un futuro m...