CHAPTER 29

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Picaba fruta con tranquilidad. Había sido el primero en despertarse y, por más que le gustase sentir los brazos de Jungkook alrededor de su cuerpo, sabía que debía levantarse. Pronto, la campaña en la que estaba colaborando como modelo principal terminaría. Su contrato con la empresa de Jeon estaría llegando a su final y, pese a que no quería pensarlo, no podía evitar pensar que aquello podría poner también un punto y final a su relación con Jeon.

Aunque aquello era una tontería, porque Jeon y él seguirían viviendo juntos. Jaemin seguiría siendo su pequeño bebé. Pero se había acostumbrado a esa necesidad de cariño que Jungkook solía tener. Siempre aprovechaba cada oportunidad posible para abrazarlo o para darle un beso en la mejilla.

Algo había cambiado entre ellos, pero no sabía el qué y no sabía decir durante cuánto tiempo. Taehyung se sentía tan adicto a las sensaciones que Jungkook le provocaba con cada gesto que no se creía capaz de superarlo en poco tiempo. Había algo en él, en la forma que lo tocaba, en la forma que lo trataba, que conseguía convertirlo en un desastre. Su corazón se aceleraba sin razón, su estómago se revolvía como si hubiera algo encerrado ahí.

- Buenos días, precioso.

Se sobresaltó ante la voz a su espalda. Sintió cómo un escalofrío recorría su cuerpo salvajemente, mientras que el cuchillo que sostenía resbaló por su mano a causa de la impresión. Jeon se precipitó sobre él al notar esto, tomando su mano con cuidado, inspeccionando que no se hubiera hecho ningún corte.

Él juraba que había sido lo suficientemente ruidoso como para que Taehyung notase su presencia. Pero en los últimos días, el chico había estado más distraído que de costumbre. Jeon solía sorprenderlo con algún beso en la mejilla, que lo sonrojaba por completo.

- No te había escuchado llegar - susurró Taehyung.

- Perdón. No quería asustarte.

Acarició su mano con cuidado mientras lo miraba a los ojos. Seguía viéndose embaucado por esa fuerza magnética que tenía Kim. Siempre que estaba cerca, necesitaba acercarse a él. Era como un imán. No podía mantenerse separado de él por mucho tiempo.

- ¿Estás bien?

- Sí, no me he cortado - aseguró Kim, confundido.

- No me refiero a eso - su mano viajó desde la contraria hacia el rostro de este, acariciando su mejilla -. Estoy preocupado por ti, Tae.

- ¿Eh?

Sintió sus mejillas arder. Tener a Jungkook tan cerca y siendo tan directo lo ponía excesivamente nervioso. Se sentía como si hubiera vuelto a la adolescencia. No podía controlar su cuerpo, ni sus reacciones. Se sentía traicionado por este.

Pero Jeon siendo así era simplemente glorioso. Tan cálido que su corazón parecía tomarse un respiro. Él se había convertido en un hogar para Taehyung.

Sonrió, mostrando aquella tímida sonrisa que solo Kim conocía. Una parte de Jungkook que solo era presenciada por él. En ese momento, frente a él, ya no era Jeon Jungkook, el joven empresario. Si no que era Kook, un chico normal y tímido, al que le gustaba sonreír y que necesitaba constante cariño.

- ¿Qué piensas? - preguntó curioso.

- Yo... - Taehyung no era capaz de unir más de dos ideas juntas en ese momento.

- ¿Sabes qué pienso yo? - le susurró, acercándose a él. La distancia volviéndose ínfima entre ellos. Sus respiraciones mezclándose entre ellas. Sus labios tan cerca que podrían acariciarse. Pero Jungkook se dedicaba a mover su nariz contra la contraria, de una forma adorable - Pienso que me encantaría estar así contigo, siempre.

Fraude. [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora