Nunca había tenido mejor amanecer. Desde que habían empezado a vivir juntos, ambos habían dormido juntos, y sus cuerpos parecían haber impuesto una norma de no rozamiento por la noche. Ninguno sentía atracción hacia el centro de la cama, o a la fuente de calor que sería el cuerpo de la otra persona. Sin embargo, algo había cambiado aquella noche. Jeon lo supo desde que sintió aquel peso extra sobre su hombro izquierdo, aparte de la mano que parecía haber sido atrapada por su camiseta. El moreno se había movido aquella noche hasta llegar al otro, y Jeon no podía estar más feliz por ello. Aunque tampoco iba a negar que empezaba a incomodarle, de buena manera, sentir la respiración contraria chocando contra sus sensibles clavículas. Suspiró pesadamente, tenía que despertar a Taehyung. No solo porque prefería despertar al joven que a su miembro, sino también porque debían ir ese día más temprano a la empresa.
Se removió ligeramente para luego llevar su mano derecha hacia el delicado rostro contrario. Agradecía no poder ver la cara del chico, porque sabía que si ese era el caso, no podría despertarlo, ni siquiera moverse. Taehyung tenía esa clase de belleza que te cautivaba, que te hacía querer observarlo por el resto de tu vida. Él no estaba molesto con esa idea, ni mucho menos.
- Tae, despierta - le dijo en un tono bajito, aunque el castaño ni siquiera se inmutó -. Tae, pequeño, es hora de despertarse.
El castaño empezó a removerse, enterrando su cabeza en el pecho contrario, en un intento de mantener el preciado estado de sueño. Pero las caricias y las dulces palabras del muchacho parecían traerlo cada vez más al mundo de los despiertos.
Con un pequeño, y adorable según el empresario, sonido de resignación, el castaño abrió finalmente los ojos, encontrándose con un lugar que no tenía nada que ver con el juego de sábanas sobre el que se había dormido. Sobresaltado, se incorporó abruptamente, analizando la escena.
- Oh dios, lo siento, me he metido en tu espacio, yo creí que ya lo había superado y que ya no me estaba moviendo tanto - empezó a decir atropelladamente, mientras levantaba sus manos y las juntabas a modo de disculpa -. De verdad, Jungkook, perdona. No quería incomodarte.
El pelinegro se hallaba con una dulce sonrisa mientras no apartaba la mirada del contrario. Su voz grave, aún más grave por el desuso de la noche, lo había dejado hipnotizado. Y la belleza del chico simplemente lo tenía siendo incapaz de no apreciarlo. ¿Acaso Taehyung era legal siquiera? Suponía que la respuesta a aquello era un gran no, él no podía pensar que algo que le causaba tantos estragos en los sistemas fuera algo legal.
Podía decir, casi sin miedo a equivocarse, que Taehyung era como una droga. Y él ya la había probado, y a él no le había molestado la posibilidad de hacerse adicto. Aunque no quisiera admitirlo del todo. Todavía peleaba consigo mismo bajo el pretexto de que el modelo solo estaba manifestando una necesidad en su cuerpo ajena a su persona.
- Tae, no pasa nada. He dormido mejor contigo cerca - confesó mientra con una de sus manos, tomaba las contraria y las separaba ligeramente -. Me gustaría dormir más días así.
- Tú... ¿no estás molesto? - preguntó reticente.
- ¿Cómo iba a estar molesto de que un chico guapo y ligero decida que soy lo suficientemente bueno como para elegirme por encima de la cama?
Hubo un momento de silencio antes de que ambos empezasen a reír. La vergüenza inicial se fue del castaño, y volvió a tumbarse, bastante cerca del pelinegro pero sin llegar a volver a estar sobre él. No quería tomarse tampoco demasiadas confianzas. Él había tenido que aprender por las malas que sus hábitos de sueño no eran los mejores. De hecho, había llegado a odiar tanto su tendencia por buscar el calor contrario y la necesidad de abrazar. Lo detestaba porque él le había dicho que eso no era bueno, que era asqueroso y empalagoso; él nunca había querido pasar el suficiente tiempo junto a él. Y quizás, por fin se estaba dando cuenta de que no todo el mundo era como él.
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Fraude. [KOOKV]
FanfictionJeon Jungkook era el príncipe del mundo empresarial coreano (por no decir asiático). Su meta era destronar a su padre, para ello había buscado una amplia casa en el centro de Seúl, donde quedaría más cerca de la empresa. Kim Taehyung era un futuro m...