El joven empresario conducía en dirección a su casa. Sus grandes manos se aferraban con fuerza al volante; estaba tratando de contener la rabia que había comenzado a almacenarse en su interior. Tuvo presente, desde que vio a su compañero de piso en esa plantilla de posibles modelos, que si lo escogía a él, esto lo llevaría a lidiar con muchos más problemas... pero siempre mantuvo una actitud bastante profesional, y pensó que si alguien lo iba a pasar mal, sería definitivamente aquel modelo.
Sin embargo, había tardado menos de una semana en comprender que aquel había sido un gran error. Había subestimado a su enemigo, había creído que sólo sería un chico inocente de cara bonita. De hecho, había hecho una apuesta consigo mismo por cuánto tardaba aquel chico en abandonar su puesto como modelo. Es decir, valía, pero no tenía el carácter que era necesario para dicho trabajo. Los modelos, desgraciadamente, debían enfrentarse todo el tiempo a unas situaciones nada favorables para ellos. Muchos de aquellos con los que había tenido la oportunidad de hablar, y que no habían sido contratados por su empresa, le habían preguntado si esperaba de ellos una mamada o una noche para así escogerlos. Unos pensamientos así, no suelen aparecer en tu cabeza si no has pasado por esa situación antes.
Claro que, él había fomentado un espacio lleno de seguridad. Siempre que un modelo se había quejado, aunque no fuese a él directamente, acerca de un trabajador que se acercaba demasiado o que tenía las manos demasiado largas, él los había despedido. No le gustaba pensar en la idea de que fomentaba aquellos pensamientos y actitudes.
Cuando bajó del coche, cerró con más fuerza de la que le hubiese gustado. No pudo evitar disculparse con el vehículo por aquello, pero la ira que se había escapado mientras conducía parecía haber vuelto. Todavía puede reproducir con claridad el momento en el que su mejor amigo, y secretario, entró y le gritó prácticamente una disculpa. Hasta ahí la cosa iba más o menos bien, Yugyeom siempre tenía algo por lo que excusarse, así que no tenía por qué tratarse de algo grave. Al menos eso había pensado. Acto seguido, había gritado algo parecido a "¡No sabía que era el padre de tu hijo! ¡Debí ser más respetuoso pero tú no me lo contaste! ¡Es tu culpa!" y entonces, su vida había parecido derrumbarse poco a poco.
Toda la oficina y, a estas alturas, todo el edificio debía creer que él había tenido un hijo con un chico que estaba empezando en el mundo del modelaje, lo cual no se sostenía. Un chico que recién empieza a modelar de verdad, no va a querer tener un bebé. Por dios, debió haber sacado a Jaemin de su vida antes de que empezase a causar problemas.
- ¡Taehyung! - gritó nada más entrar en la casa.
Unos gritos de júbilo fueron las únicas respuestas que tuvo. Pareciera como si nadie le hubiese prestado atención. Aquello no hizo más que encenderlo. Debido a su puesto, no estaba acostumbrado a ser ignorado de aquella manera.
Subió la escalera hasta la planta de arriba de dos en dos escalones. Una vez en el segundo piso, fue en busca de las risas; estas lo condujeron hasta el baño. Sin pensar, entró.
Iba a gritarle. Prometió que iba a desahogarse diciéndole lo inútil y mentiroso que era. Pero aquella escena simplemente lo dejó sin palabras. Las ropas del modelo y del bebé estaban esparcidas por el suelo. El chico se encontraba en la bañera, con el agua suficiente como para que le cubriese parte de sus piernas, aunque no había ninguna espuma a la vista aún. El bebé era sostenido por él. El mismo que ahora lo miraba curioso, aunque manteniendo esa inocente sonrisa hacia él.
Algo en su corazón se había sentido cálido.
El modelo puso rápidamente a Jaemin sobre una zona que había habilitado para el bebé, un pequeño barreño con agua que estaba apoyado en un amplio poyo que quedaba al lado de la bañera. Luego, se levantó ante la mirada del empresario y se anudó rápidamente la toalla a la cadera, dejando a la vista el delicioso camino de su marcada V.
Algo en su vientre bajo se había sentido demasiado feliz ante la imagen regalada.
- ¿Hace mucho que has llegado? - preguntó.
- Yo, no.
- Quería hablar de algo - inició el modelo -. Creo que tu secretario ha malentendido una situación. Yo realmente no quería, no me preocupa explicarlo todo.
Los ojos color avellana parecían atraversarlo, y por un momento, se sintió desnudo y cohibido. ¿Qué clase de magia tenía aquella mirada angelical? Jungkook tuvo que tragar para recomponerse un poco. No quería que el otro notase lo mucho que lo estaba afectando toda la escena.
Definitivamente, Jungkook necesitaba algún encuentro sexual. Nunca se había sentido tan necesitado de una relación carnal como ahora mismo. Era nuevo y chocante.
- Ahora mismo sólo me meterías en más problemas si negases lo que ya has afirmado.
Y no mentía. Aunque su idea inicial era la de que el contrario rectificase. Kim lo había visto salir cabreado de su despacho; si al día siguiente, el modelo negaba la paternidad de Jeon, este posiblemente fuese acusado de amenazar, o cualquier cosa por el estilo, al pobre muchacho para que rechazase aquellos rumores que el mismo parecía haber extendido por error.
Aquello le iba a causar un fuerte dolor de cabeza.
- Oh, no había pensado en eso - confesó el castaño -. No es justo. Ha sido sin querer.
- No te preocupes, ya veremos cómo solucionarlo.
- ¿Necesitas usar el baño? - preguntó mientras tomaba una toalla especial para bebé.
- Creo que una ducha me vendría bien, necesito relajarme.
- Perfecto - le sonrió -. Me llevo al pequeñín - se agachó para recoger al bebé.
Jeon no pudo evitar que su mirada se dirigiese hacia la parte trasera del muchacho. En su mente podía imaginarse perfectamente cómo se debía de ver aquello debajo de la toalla. No pudo evitar empujar con su lengua la cara interior de su mejilla. Necesitaba que aquel modelo abandonase el pequeño baño. Y de paso, necesitaba encontrar a alguien que le quitase aquella loca y desconocida calentura.
- Trataré de cocinar algo ¿de acuerdo?
El empresario sólo pudo hacer un sonido afirmativo, para que entendiese que lo había escuchado, pero prefirió olvidarse de que ese chico existía. Necesitaba una buena ducha de agua fría.
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Fraude. [KOOKV]
FanfictionJeon Jungkook era el príncipe del mundo empresarial coreano (por no decir asiático). Su meta era destronar a su padre, para ello había buscado una amplia casa en el centro de Seúl, donde quedaría más cerca de la empresa. Kim Taehyung era un futuro m...