No sé cuando tiempo pasa entre mi lapsus de inconsciencia hasta que me encuentro despertándome en la cama de Caleb, pero la luz del sol ha empezado a parecer más dorada y me siento terriblemente desubicada.
Entonces los recuerdos de los eventos recientes me golpean y me aplastan el pecho como una retroexcavadora: Nuestros padres están juntos, juntos y Caleb sabía de esto.
—¿Caleb? —Me pongo de pie sintiéndome un poco mareada y camino con sigilo fuera del cuarto. Dustin no está en casa, me imagino que Cal lo despidió para poder estar a solas y le doy la razón, lo último que quiero es que sepa que nuestros padres han estado acostándose quien sabe desde hace cuando tiempo.
—¿Caleb? —Llamo de nuevo mientras bajo las escaleras, sintiendo un ambiente melancólico y tenso.
Lo encuentro sentado de espaldas a mí frente al televisor apagado y la luz escasa de la chimenea alumbrándolo como a un alma en pena mientras sostiene un vaso vacío de vidrio con dos hielos tintineantes deshaciéndose poco a poco.
—Te he estado llamando, ¿Dónde está Dustin? —Pregunto llegando a él con cautela.
—Se ha ido. Y ya le dí lo suficiente para que pueda arreglar el Camaro. Si eso es lo que te importa. —Escupe sin voltear a mirarme. Aun no puedo verlo del todo bien, pero su tono se arrastra un poco y huele a alcohol. Esta ebrio.
—No es eso lo que estaba preguntando. Pero gracias. —Replico con precaución y me siento a su lado.
—Y estoy seguro de que eso no es lo que quieres preguntar en realidad. —Declara, más bien, escupe entre los dientes mientras suelta una risita sarcástica y observa el vaso tintineante dando vueltas entre sus manos.
—No, no lo es. —Le doy la razón, encarnando una ceja mientras me acomodo en el sofá para mirarlo con más atención. —¿Desde hace cuanto, Caleb? —Suelto la pregunta sin anestesia, sin darle tiempo para preparar una mentira elaborada o para salir corriendo.
—Los vi por primera vez justo antes de tu accidente, en mi cumpleaños número ocho, estaban cogiendo sobre el lavamanos del primer piso.
—¿Qué?
—Al principio no lo entendí, pero eventualmente la realidad fue cayendo sobre mí como un balde de agua fría. Luego de tu accidente nos separamos, pero tu madre seguía yendo a casa, hasta que Jocelyn enfermó. Luego desapareció, justo cuando ella más la necesitaba y luego murió, esperando que tu madre la llamara.
—Cal, no sabes cuanto lo siento. —Intentó hablar, pero él me interrumpe.
—Cuando ella murió él tampoco estuvo ahí... —Me mira como esperando que entienda el resto.
—Estaban juntos mientras ella... —Soy incapaz de terminar la frase, pero él asiente.
—Y en su funeral. —Acota para terminar de clavar la estaca de la realidad en mi corazón.
—Eso es imposible. —Trato de resistirme a la verdad. —Yo estuve con ella todo el tiempo. Yo... yo...
—Tu te quedaste a hablar conmigo un momento y ella desapareció casi una hora, ¿Lo recuerdas? Estuviste hablando con la abuela y mirándome de reojo todo el rato.
—Pensé que no te habías dado cuenta. —Murmuró con vergüenza, pero logro sacarle una sonrisa rebelde.
—Creo que fuiste bastante obvia. —Declara.
—Y tu bastante grosero. —Contraataco.
—Por favor disculpame, mi madre acababa de morir, y mi padre estaba cogiendo con la tuya en su cama todavía tibia. —Intenta decirlo con un tono ligero, pero solo puedo sentir rencor y tristeza acumulada goteando de cada una de sus palabras.
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C O U S I N S [TERMINADA]
Teen FictionNo saben en qué parte de la biblia está escrito, que su amor está prohibido e incluso aunque lo intenten no pueden evitarlo, así se caiga el cielo, así se vayan al infierno. Saben que los pecados nos condenan a la desgracia y ellos ya tienen un asie...