Capitulo 17: "Dieciocho pesadillas" (Pt 4)

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No puedo detener a los policías por mucho más tiempo, así que decido que si se lo llevan tendrán que llevarme a mí también. Cuando logran abrir la puerta, los sigo adentro.

Adentro Caleb aparenta superioridad y arrogancia, se ha vestido y nos hace frente sentado en la cama, con los brazos cruzados sobre su pecho, su cabello desprolijo pero sexy echado hacia atrás y una sonrisa de medio lado dibujada en sus labios.

—Buenos días, caballeros. —Saluda e inclina la cabeza hacia a un lado, localizando a mamá escondida como gusano detrás de ellos.

—Oh, hola tíita. ¿A qué se debe tu regalo de cumpleaños? —Señala a los oficiales con la barbilla y tiene la delicadeza de no mirarme, supongo que para poder mantener su máscara de chico malo intacta sobre su rostro.

Ella no dice nada.

—Caleb Jude Cohen, queda usted arrestado por secuestro, agresión y cohesión hacia una menor para mantener relaciones sexuales sin su consentimiento explícito. Tiene derecho a un abogado, y si no cuenta con uno el estado se encargará de proveerlo. No está de más decir que tiene derecho a guardar silencio y que todo lo que diga puede ser usado en su contra. —No es sino hasta el momento en que el oficial termina de decir su perorata que me doy cuenta de cuán real es esto, en verdad van a llevárselo.

Las lágrimas empiezan a bordear por mis mejillas y él evita mirarme, pero puedo ver cómo se le tensa la mandíbula.

—Uffff... —Silva y suelta una carcajada. —Vaya regalo tíita. La verdad me esperaba algo un poco más discreto de tu parte, Nora, pero al parecer siempre haces todo a lo grande.

—Lo mejor para ti, sobrino. —La escucho suspirar con arrogancia, incapaz de contenerse ante la provocación de Cal.

Los policías miran de un lado a otro confundidos. La respuesta de mi madre evidentemente los ha dejado fuera de base.

Mi rabia empieza a hervir como si fuera agua.

¿Es que no pueden ver lo que está haciendo?

Por un momento espero que lo vean, de verdad. Pero dado a la gravedad de las acusaciones deciden seguir creyendo en ella.

—Necesitamos que venga con nosotros señor Cohen. —Puntualiza uno y saca unas esposas de la parte de atrás de su pantalón.

Los ojos de Caleb brillan brevemente con pánico, pero se las arregla tan bien para parecer tan intocable que sé que solo yo he podido notarlo.

—Como pueden ver no estoy en condiciones de huir a ningúna parte, preferiría acompañarlos por mis propios medios. —Pide suavemente.

¿Cómo? ¿Así de fácil se está dando por vencido?

El corazón se me encoje con tristeza, la herida en su hombro sigue abierta, aún lleva la máquina para respirar y sigue conectado a las bolsas de suero y sangre. Él es tan frágil, tan vulnerable como cualquiera, sin embargo está siendo tratado con brutalidad, casi como si fuera un animal.

—Por favor. Al menos dejen que se estabilice un poco. —Me encuentro diciendo antes de poder detener las palabras y todas las cabezas se giran en mi dirección, incluído Caleb quien al fin me dirige una mirada con sus ojos color avellana, tiene una expresión derrotada en los ojos.

No mi amor, no permitiré que te haga daño. Quiero decirle, pero dadas las circunstancias sé que es mejor mantener la boca cerrada, así que solo lo miro esperando que pueda leerme el pensamiento de alguna forma.

—No morirá, Jules. —Escupe Nora. —¿Podrías dejar de ser tan dramática? Es apenas un rasguño.

Le dirijo la mirada más violenta que puedo cargar y me cruzo de brazos.

—Apenas puede mantener... —Intento hablar, pero su voz nos hace girar las cabezas en su dirección.

—Ire, Jules. No necesito una niñera.

¿Pero qué cojones...?

Su tono es brusco y hostil mientras me recuerda a una de nuestras estúpidas peleas cuando todo esto comenzó.

¿Por qué de repente está hablando así?

El rostro de Nora se transforma en una mueca satisfecha y complacida con todo el caos a su alrededor.

—No le pongan las esposas, no creo que pueda ir a ningún lado. —Da media vuelta y se va.

—Vas a pagar por esto, Nora. —Escupo en su dirección y aunque sé que puede escucharme, ella no se da la vuelta.

Acto seguido los policías toman a Caleb por los hombros y lo arrastran fuera del cuarto en donde Phoebe lo espera para retirarle las cánulas.

Por favor Phoebe, no dejes que se lo lleven lloro e imploro en mi mente, porque en el plano físico mis pies han sido atornillados al piso y soy incapaz de moverme.

No, no, no, no.

Las lágrimas de impotencia e irá se acumulan en la parte de atrás de mis ojos, impidiéndole ver con claridad, pero no quiero parpadear, no quiero limpiarme las lágrimas, pues temo que al cerrar los ojos Caleb desaparezca de mi vista, como una ilusión, como la arena escurriendose entre mis dedos y con él todos los sueños y esperanzas que he creado a su lado.

Casi cómo si fuera una profecía, cuando cierro los ojos para apartarme las lágrimas de un manotazo Caleb se evapora de mi vista y cuando los abro nuevamente solo puedo ver el espacio vacío que ha dejado en el vestíbulo.

Me obligó a descongelarme de mi posición e ir tras él, no puedo perderlo, no pueden quitarmelo, así que con una valentía renovada me apresuro a trompicones fuera de su habitación —en dónde todavía puedo sentir algo de su olor— tratando de seguirle la pista, pero en lugar de eso me chocó con un pecho escuálido, fornido y lleno de explicaciones que quiero escuchar.

Dustin

No más de medio segundo después de reconocerlo empiezo a golpear su pecho con mis puños cerrados, vociferando palabrotas que ni siquiera sabía que conocía en su contra. Él parece un poco atontado al principio, sin saber de dónde viene el ataque, hasta que reconoce mi cara encolerizada entre los puños que le suelto y entonces empieza a defenderse.

—Para, Jules. Por favor, ¡Para!

—Eres un maldito hijo de puta, un traidor, como te atreves a llamarte mi amigo, maldito malnacido, ella se lo ha llevado, tu la has traído hasta nosotros, esto es culpa tuya. —Las palabras dejan mis labios a raudales con una velocidad impresionante, me sorprendería que él pudiera entender siquiera un cinco por ciento de lo que le he dicho.

—¡Para, por favor! ¡Lo siento! ¡Lo siento! —Se excusa esquivando mis golpes. —Ha sido una emboscada, me ha engañado tanto como te ha engañado a ti, lo siento, lo siento. —Entonces logra rodearme con sus largos y flacuchos brazos, sé que es una maniobra para detener mis golpes pero se transforma en un abrazo de oso en el que me encuentro descargando toda mi frustración llorando a moco tendido.

—Shh, shh... —Me consuela acariciando mi cabello. —Vamos a encontrar una manera... Tiene que haberla.

Sus palabras tienen un efecto analgésico en mi y logran reparar un poco mi corazón, él también fue engañado, él también es una víctima de Nora, él no me juzga y no cree que esto sea algo malo, en verdad quiere verme feliz, feliz con Caleb. 

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Nota de la autora: Holaaaaa! como están todos? Siento mucho la demora de este cap, pero la uni estaba succionando mi alma, hasta hace un día... Así que ahora soy libreeee y planeo actualizar seguido. 

La meta es llegar al desenlace de esta historia antes de terminar el año.

¿Qué opinan? 

Por lo pronto les dejo un cap larguito como disculpa y espero que esten todos muy bien.


xx.

C O U S I N S [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora