Capitulo 8: "En las sombras" (Pt 3)

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—¡Cal, ayúdame! —Grito atemorizada pero el hombre a mis pies me tira una bofetada tan fuerte que me tumba al piso antes de ponerse de pie con el cuchillo aún clavado en su muslo y salir huyendo por la puerta de la cocina dejando un rastro de sangre fácil de seguir.

—¡Jules! ¿Qué ha pasado, estás bien? —Llega a mi rápidamente ayudándome a ponerme en pie mientras observa la escena horrorizado.

—¡Síguelo, síguelo! ¡No lo dejes ir! —Grito señalando la puerta abierta tratando de mantenerme en pie y disimular el mareo provocado por el golpe del intruso.

—¿Qué, de quién hablas? —Me sostiene de los hombros y me mira fijamente, buscando respuestas.

—Baxter envió a alguien. —Jadeo y su mirada se transforma en cuestión de una fracción de segundo.

—¿Hacia dónde huyó? —Gruñe haciéndome retroceder un poco, pero sabiendo perfectamente que no es contra mí.

—No lo sé, sigue la sangre. Le clavé un cuchillo en la pierna. —Susurro frenética y su mirada pasa de furiosa a orgullosa en un segundo, esbozando una pequeña sonrisa satisfecha, pero vuelve a su mueca de preocupación instantes más tarde.

—Bien, no te muevas, iré por ese bastardo, no dejaré que nada te pase. —Besa mi frente y sale disparado por la puerta cerrándola de un azote.

Me quedo entonces sola en la cocina, tratando de sopesar todo lo que acaba de pasar.

Casi muero esta noche. De no haber sido por el cuchillo y por Caleb quien sabe qué más pudo haber pasado, aunque el tipo dijo que no quería asesinarme, solo quería usarme como prenda de garantía para mantener a Cal en el negocio un par de meses más.

Por otro lado pienso que Dust siempre tuvo razón, estamos en líos ahora y si saben de mí, seguramente saben también de él. Tengo que protegerlo, no me perdonaría si algo le pasara a él.

Parece que mis pensamientos lo hubieran llamado pues la línea directa de la casa empieza a retumbar en la sala. Me apresuro rápidamente y levanto el teléfono encontrándolo del otro lado.

—¿Estás bien? —Pregunta apenas pongo el teléfono en mi oreja, se escucha agitado, asustado y con la voz gangosa, como si hubiera llorado.

—Alguien de Baxter estuvo aquí. —Hablo al cabo de un rato, luchando también contra las lágrimas y la contusión.

—¿El matón de los tatuajes tribales? —Pregunta y mi piso se tambalea.

—¿Cómo lo supiste? —Pregunto entre los jadeos que provoca mi respiración superficial.

—Estuvo aquí primero. —Habla y empieza a llorar. —Destruyó el Camaro.

—¿El auto de tu madre? —Mi voz se eleva unos cuantos decibeles y cubro mi boca con mi mano antes de empezar a llorar. —Dios, Dust, mi vida, no sabes cuánto lo siento. Es todo mi culpa. ¿Tu estás bien, te hizo algo? —Sollozo sin parar.

—No. Creo que solo era una advertencia, estaba escondido, a punto de llamar a la policía cuando subió en su motocicleta del infierno y se fue calle abajo, supe que iba por ti.

—Entró a casa. —Susurro.

—Dios santo. —Escucho del otro lado de la línea. —¿Quieres que llame a la policía?

—No creo que sea buena idea, al parecer la policía de este lado del Atlántico está bajo el ala mafiosa de Baxter. Además, creo que sería yo quien iría presa.

—¿Qué? ¿Por qué? —Pregunta horrorizado.

—Me golpeó y yo le clavé un cuchillo en la pierna.

C O U S I N S [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora