Capitulo 14: "Coctel de escopolamina" (Pt 1)

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En verdad intento alejarme y hacer lo que Caleb me ha pedido, al menos una vez en la vida, pero me siento incapaz de dejarlo allí solo, sobre todo cuando me doy vuelta sobre mi hombro y veo como es rodeado por Gian, Baxter y sus hombres en un tono nada amistoso mientras lo guían a la parte de atrás del salón, desapareciendo por la puerta.

Por Dios, no puedo dejarlo así, todo esto fue mi idea y no puedo marcharme sabiendo que él está en peligro, así que con la adrenalina corriendo por cada una de mis venas, giro sobre mis tacones de once centímetros y avanzo de nuevo hacia la escalera metálica del final del salón con el celular apretado fuerte en la mano.

Hacia el final de la escalera un extraño mareo empieza a extenderse desde la boca de mi estómago hacia mis extremidades superiores e inferiores dificultando cada paso que doy y debilitando mi agarre al barandal.

Tengo que cerrar los ojos y respirar con fuerza para poder estabilizarme y lograr terminar el tramo de escaleras faltante. Es como si un bate invisible me hubiera aporreado la cabeza y ahora todo me da vueltas al tiempo que el sonido ensordecedor de la electrónica pasa a un segundo plano, llegando a mis oídos a través de un tubo.

¿Qué está pasándome?

Cuando por fin logro llegar a la segunda planta y estoy segura de que no me voy a caer de bruces hacía atrás, estiro mi mano hacia la perilla de la puerta y me sorprendo encontrándola sin seguro, dándome plena entrada sin ningún esfuerzo extra. Así que avanzo torpemente hacía adentro sin saber particularmente que es lo que estoy buscando.

Empiezo abriendo y cerrando los cajones del escritorio, encontrándome con carpetas viejas de contabilidad y cuadernos con nombres, números telefónicos, fechas y cifras.

Me cuesta moverme y pensar con claridad así que constantemente tengo que recordarme que es lo que estoy buscando. «Fotos con las que suelen chantajear a la gente, las fotos que toman en El palacio»

Sigo avanzando sin éxito por la habitación, hasta que al fin me encuentro con algo útil; junto al escritorio de madera maciza hay un archivador de metal que contiene centenares de carpetas de color manila con rotulados de diferentes nombres y fechas.

Indecisa saco un puñado de ellas y las pongo todas sobre el piso para ver lo que hay dentro, su contenido incrementa mis náuseas.

No solo existen fotografías de menores de edad manteniendo encuentros casuales con sus agresores, de hecho esas son las más fáciles de digerir y se encuentran siempre al principio de las carpetas, pero a medida que paso las fotografías, me encuentro con lo que sucede después de que los hombres de Baxter entran en acción; no son simples lecciones de buen comportamiento como dice Caleb, son golpizas tremendas y brutales a los agresores que van desde golpes a puño limpio, hasta azotes con cables y quemaduras. Son fotografías que sirven como trofeo para Baxter, del poder que puede ejercer sobre los demás, de que siempre logra lo que quiere y puede tomar cuánto quiera.

Me pregunto entonces si Cal ha tomado también estás fotos, de los pobres hombres siendo aporreados casi hasta la muerte. Siento un malestar creciente en el estómago y espero con todo mi corazón que no sea así.

Tomo foto de todo, incluso varios vídeos, me aseguro de guardarlos bien, pero incluso con el mareo que nubla mis pensamientos, empiezo a sentir una repentina inquietud, un sexto sentido que se activa en la parte más profunda de mi subconsciente, que me dice que algo no va bien, así que decido enviar toda la evidencia, junto con mi posición geográfica a un número seguro y conocido, Dustin.

Es Jules.
Por favor no entres en pánico,
Guarda esto por mí, por si acaso.
                                                         9:30 p.m.

C O U S I N S [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora