—Entonces él me dijo "¿Por qué debería contratarte?" y yo le respondí "Porque necesito un empleo, duh"
—Ahora entiendo porqué no te dió el trabajo.
—¡Es que tú no me entiendes! ¿Qué quería que le diga? ¿Que sería su mejor empleado y le lamiera los pies? —tomó sus cabellos con desesperación en un intento de arrancárselos—. ¡Por favor, vayanse todos a la mierda!
Y como suelen decir, esa fue la gota que colmó el vaso. Para Clay ese vaso se había colmado hace ya bastante tiempo e iba de desgracia en desgracia. Su intento por ser un ciudadano normal, bueno en su comunidad y sin cometer algún crimen había sido arrebatado por un oficinista que no quería darle un empleo. A veces por las más mínimas cosas la gente se vuelve mala, al menos él no era Adolf Hitler.
Sus cabellos goteaban mojando las baldosas del baño. El espejo estaba empañado por el vapor del agua caliente, impidiendo así ver la furia de su rostro. La toalla alrededor de su cintura dejaba el resto de su cuerpo expuesto, haciendo posible que el aire que salía de la ventanilla del baño recorriera todo su cuerpo.
Sin importarle nada salió del baño dirigiéndose a su habitación para echarse en su cama. Sus sábanas se humedecieron por su aún mojado cuerpo, realmente no importaba, el calor del verano quemaba sus neuronas y no le dejaban concentrarse.
"Todo es una mierda, mi vida es una mierda".
Después de todo seguiría trabajando en la tienda de la vieja mujer chispitas —como le decía Clay porque siempre le agregaba chispas extras a las donas— que probablemente en los próximos días moriría por su tan larga edad. Y en ese momento se quedaría varado en la nada y tendría que buscar una nueva excusa para la razón de sus ingresos monetarios, para así no tener que confesar que es un criminal encubierto. Así era la "sencilla" vida que conllevaba ser dos personas al mismo tiempo.
—Karl y yo vamos a salir en unos minutos, si quieres venir vístete ahora —fue la voz de Nick que venía al otro lado de la puerta.
—¡Jodanse ustedes dos! —fue lo único que pudo expresar ante sus pocas ganas de convivir con más personas.
Él no se llevaba mal con sus amigos, pero a veces prefería estar solo, sin escuchar siquiera el respirar de otra persona. Solo él y su ajetreada mente. Así es como las cosas debían de ser.
—Es un imbécil, y no hay ni una vez en la que no me hace cuestionarme el porqué seguimos siendo amigos.
—Porque a las finales los cuatro seguimos un mismo propósito y sería malo dejarlo de lado... —Nick miró a Karl—, más de lo que ya lo hemos hecho.
El intenso sol veraniego de Los Ángeles deslumbraba sus rostros y quemaba sus cabezas. Ese verano sería muy duro de soportar para todos y más aún para los criminales que vestían de negro como ellos.
—A todo esto, ¿sabes algo de Alex? —la voz de Karl se perdía entre el bullicio de la calle.
—Debe estar en Las Vegas, ya sabes, tiene una relación más fuerte con su casino que con nosotros —Nick soltó una risa falsa—. Quizás vuelva en unos días, ya lleva casi un mes allá.
—Me sorprende que aún pague el alquiler del departamento si es que no duerme aquí.
—Le sobra el dinero. Robar dinero es solo una afición más suya ahora.
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Feral Boys
ActionLa banda de crimen organizado más reconocida de Los Ángeles, Feral Boys, no son más que un grupo de amigos que dedican su vida a gastar su dinero en cosas extravagantes y a aniquilar personas igual de extravagantes. Sus vidas darán un giro inesperad...