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¿Matar está mal? ¡Ja! Vivir se debería considerar como la peor de las torturas.

¿Matar está mal? ¡Ja! Vivir se debería considerar como la peor de las torturas

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—¿Hola?

—Esperaba que respondieras. Me alegra que no me hayas fallado —se escuchó la voz de un hombre al otro lado de la línea.

—¿Quién eres?

—El mejor aliado que podrás tener. Seguramente ya has escuchado mi nombre, busca en tu mente.

Bastian no entendía que clase de broma era esa y comenzaba a sentirse nervioso. Estuvo a punto de colgar la llamada cuando escucha la voz de vuelta.

—No cuelgues la llamada, Bastian, o el próximo en morir serás tú.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Sé todo de ti. Ahora mismo te estoy observando. ¡Sonríe!

Bastian giró su cabeza a todos lados de la habitación tratando de buscar una cámara aunque sea minúscula.

—No tengas miedo, Bastian, solo necesito que me ayudes.

—¿Ayudarte en qué?

—Un juego. Estoy seguro que te gusta jugar, ¿no? O acaso no te ves feliz jugando en esta foto.

La pantalla en la computadora de Blake apareció una foto de su infancia que creía haber solo visto una vez. No tendría más de cuatro años en aquella foto en la que estaba divirtiéndose con sus amigos de ese entonces.

—¿Dónde la conseguiste?

—El internet es un sitio muy peligroso, Bastian. Todos pueden saber de ti con un simple click.

—¿Quién eres? —preguntó Bastian nuevamente.

Si vis pacem...

—...Para bellum —pronunció Bastian suavemente recordando aquella frase.

—Sube a la azotea del edificio. Tenemos pendiente una larga charla.

El pequeño cuarto estaba demasiado silencioso, que incluso se podría escuchar caer un alfiler

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El pequeño cuarto estaba demasiado silencioso, que incluso se podría escuchar caer un alfiler. Su dedo pasaba delicadamente sobre la mesa, mientras esperaba que la puerta se abriera.

Feral BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora