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"Hasta el ser más puro guarda oscuridad en su interior".

"Hasta el ser más puro guarda oscuridad en su interior"

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Escribe. Borra. Escribe. Borra. Escribe. Borra. Hace lo mismo una y otra vez sin saber qué contestar. Muerde sus uñas sintiéndose ansioso. ¿Cómo le puede decir que ahora se arrepiente? Podría ignorarlo, pero ese peso sobre su pecho no se quitaría fácil.

Vuelve a escribir y vuelve a borrar. Si alguien lo viera en ese momento seguro se sentiría preocupado, al menos hasta que viera el arma cargada sobre su escritorio. Ahí seguiría preocupado, pero por sí mismo.

Escribe de nuevo y esta vez no lo borra. ¿Lo ha hecho?

Revisa lo escrito una vez, luego dos e incluso tres veces antes de enviarlo.

No hay marcha atrás. Está enviado.

Su rostro se alumbra por el brillo de la pantalla y desliza el puntero hasta hacer click en una página.

Sus audífonos emiten una música infantil, algo que escucharía una niña a sus siete años. Mueve su cabeza al ritmo de la tierna melodía para calmar sus nervios y arrastra su silla hasta atrás para ponerse a bailar.

Quién diría que alguien capaz de matar un escuadrón completo, disfrutara ese tipo de música.

—Bad, ¿qué estás haciendo?

Se queda helado al escuchar una voz detrás suyo.

—Nada —dice de inmediato.

—Yo vi que estabas haciendo algo —Skeppy se apoya en el marco de la puerta esperando una respuesta.

—Había una araña.

—Ajá. No debes mentir, Bad. Ya sé que estabas bailando.

—¿¡Entonces por qué me preguntaste qué hacía!?

—Quería molestarte.

Bad estira su cuerpo aligerando la presión de sus hombros, luego de estar horas sentado. Bailar un momento hacía que no se sintiera tan agotado.

—Por cierto, llegó un paquete a tu nombre. Bueno... dice BadBoyHalo.

Bad mira confundido a su amigo y se dirige a la puerta principal. Hay una gran caja, como del porte de una lavadora. No recuerda haber pedido nada de ese tamaño.

—¿Puedes traerme un cuchillo? —le pide a Skeppy.

Enseguida se lo trae y no duda en pasarlo sobre la cinta, para poder abrir la caja. Mueve un poco la caja antes de abrirla. Tiene un peso extraño. Los costados se sienten vacíos y solo hay algo en el centro.

Regresa a su habitación dejando la caja afuera y se guarda el arma en el bolsillo solo para asegurarse.

Abre la caja y puede ver una cabellera rubia asomándose que poco a poco da a la vista a una persona. Bad no duda en apuntarlo con el arma y Dream levanta las manos para demostrar que no está armado.

—¿Quién eres y por qué estás aquí?

—Dream, soy el de los correos.

—¿Identificación?

—¿Eres policía?

—No tengo miedo a disparar.

Dream sacó dos identificaciones, pero solo le entregó una.

—¿Y la otra?

—Es falsa.

—Déjame ver igual.

—Dime tu nombre.

—No.

—Entonces no te la daré —dijo Dream guardando su identificación falsa en su bolsillo.

—Entonces te dispararé.

—¿Quieres ir a la cárcel por matar a alguien inocente?

—Estoy seguro que me pondrían un altar por matarte. Así que haz las cosas fáciles si valoras tu vida.

Bad revisó ambas identificaciones dándose cuenta que lo único que cambiaba era su apellido. Había conservado su nombre al menos.

—¿Cuál es el verdadero, Clay Wastaken o Clay Lee?

—Wastaken.

Bad asintió sin estar completamente seguro. Nunca había escuchado ese apellido.

Dream salió de la caja con la intención de entrar a la casa.

—¿Adónde crees que vas? —le preguntó Bad cubriendo la entrada con su propio cuerpo.

—Adentro.

—¿Con el permiso de quien?

—¿Quieres hablar de esto afuera? Porque muchas personas podrían oírnos.

Bad presiona sus labios volviéndolos una fina línea y le cede el paso. Dream entra victorioso y se sorprende al encontrar una persona más dentro.

La habitación de Bad está a oscuras. En las paredes puede ver diversas katanas, hachas y cuchillos de todo tipo colgados, eso está en solo una parte de la habitación. Sobre su escritorio tiene unas pocas figuritas de anime alineadas en una fila. Incluso si lo midiera, podrías notar que todas tienen el mismo espacio de separación.

Deja el arma sobre el escritorio y cerrar varias pestañas de la computadora.

—¿Qué es lo que quieres?

—Quiero aliar fuerzas contigo. Sé que tú también buscas venganza por la muerte de tus padres. Entre más seamos, mejor será. Debemos unir fuerzas si queremos hacer algo grande. No sé si sean solo dos personas con las que estamos luchando o mil, pero necesito a la mayor cantidad de personas de mi lado. ¿Me ayudarías?

—Eres muy ingenuo —dijo Bad mediante una risita—. Te estás entregando a ellos en bandeja de plata para que te maten. Estás peleando con la mafia más grande del Reino Unido. No vas a poder contra ellos.

—¿Una mafia?

—Sí, una mafia con un poder tan grande que ha sido ocultado por gobiernos de varios países a personas como tú y yo. Tiene aliados de todo el mundo. ¿Crees que una mafia tan grande puede mantenerse en una mirada tan baja?

—¿Cómo es que tú lo sabes?

—Me he arriesgado en investigar en los sitios más oscuros del internet con tal de saber esta información. He arriesgado mi vida por ello y por eso te digo que estar en su contra es un riesgo que no vale la pena tomar.

—Yo creo que podemos lograrlo. Al menos matar a los cabecillas de allí. Con eso me sentiré más que satisfecho. Por favor, Bad, unamos fuerzas.

—¿Cuántas personas tienes de tu lado ahora mismo?

—No muchas... ¡Pero podemos conseguir más!

—No, gracias.

—Vas a arrepentirte de no querer haberme ayudado.

—Ya veremos cuando termines muerto.

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Feral BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora