La banda de crimen organizado más reconocida de Los Ángeles, Feral Boys, no son más que un grupo de amigos que dedican su vida a gastar su dinero en cosas extravagantes y a aniquilar personas igual de extravagantes.
Sus vidas darán un giro inesperad...
"Odié por mucho tiempo sentir aquel calor abrasador. Deseé morir en la frialdad del océano millones de veces. No fueron hasta que la calidad de tus brazos me hicieron dar cuenta, que después de todo no odio tanto el calor".
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Es la segunda noche en la casa de Wilbur. Ninguno de los dos ha salido ni siquiera un poco. Tampoco se atrevieron a abrir las ventanas. Estaban siendo buscados y no podían darse el lujo de ser descubiertos.
George vuelve a cubrirse el rostro con la almohada tratando dormir. Dream sigue despierto y cada tanto sale de la habitación trayendo una nueva botella. No es hasta que escucha el vidrio de la botella romperse cuando empieza a preocuparse.
Dream está en un estado preocupante. Todas las botellas cubren el escritorio y apenas hay un pequeño espacio libre. ¿Ha tomado todo eso en una noche?
No sabe si debe detenerlo. Puede que aún no sea demasiado tarde.
Se levanta de la cama e intenta tomar la botella que Dream sostiene en su mano.
—Hmmm... Ge-George, tus manos... tus manos son de hielo.
—Dream, creo que deberías parar.
—N-no, no, no —Dream suelta una leve carcajada y golpea el escritorio con su puño, haciendo que se escuche el tintineo de las botellas—. ¡¡No!! Estoy bien, perfectamente bien. Suéltame.
—No te estoy agarrando.
—Deberías...
Dream intenta levantarse y lo único que hace es hacer caer las botellas al piso. En cuestión de segundos, todo el piso está cubierto de pequeños pedazos de vidrio.
George sostiene a Dream como puede e intenta cargarlo hasta su cama, pero este no deja de balancearse de un lado al otro haciéndole más difícil la tarea.
—Quieto o vas a caerte.
—Déjame ir.
Dream empuja a George y antes de que cayera sobre los vidrios logra sujetarse de la cama. Dream camina como puede hacia la puerta. Antes de poder llegar se desploma sobre el piso y George no duda en ir a auxiliarlo.
—¿Dream?
No logra articular ninguna palabra y solo suelta balbuceos. George intenta alejar los vidrios para que no se lastime.
Escucha unos pasos acercarse y seguramente es Wilbur que acaba de despertarse.
—Hey, levántate —le susurra.
Comprueba que siga respirando y nota como su piel se siente fría.
Wilbur abre la puerta y se ve sumamente preocupado al ver tal escena. George se aleja de Dream, dándole paso a Wilbur. Quizás él podría ayudarlo.
—¿Qué ha pasado?
—Estuvo tomando demasiado, hizo que las botellas se cayeran y luego se cayó.
