La banda de crimen organizado más reconocida de Los Ángeles, Feral Boys, no son más que un grupo de amigos que dedican su vida a gastar su dinero en cosas extravagantes y a aniquilar personas igual de extravagantes.
Sus vidas darán un giro inesperad...
Podría convertirme en un monstruo por ellos. Me convertiría en un monstruo por él. ¿Por qué alguien amaría a un monstruo como yo?
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—¿Qué es la justicia para ti, Blake?
—Hacer lo que está bien —dijo Blake sin dudar.
—¿Qué está bien?
—Acabar con la maldad está bien. Matar a las personas crueles está bien —respondió Blake complacido por su propia respuesta.
—¿Crees que lo que haces está bien? —preguntó Rodrigo seriamente.
—Sí, acabo con la maldad del mundo, ¿por qué eso sería malo?
—Porque al final del día no eres distinto a las personas que asesinas —Rodrigo dió una mirada a sus maletas tomándolas—. Nos vemos, Blake. Cuida de los chicos.
—¡Tú eres peor que yo! —gritó Blake tratando de detenerlo.
—Por eso me estoy alejando de esto un tiempo.
Cuando lo vio salir por la puerta Blake trató de controlar sus impulsos. No podía. Nunca había sido bueno con eso. Siempre buscaba la forma de desquitarse de alguna forma.
Ahora estaba golpeando su cabeza contra la pared con tanta fuerza que Spencer tuvo que aparecer para que se detuviera.
—¿¡Qué mierda crees que estás haciendo!? —le preguntó alejándolo de cualquier cosa con la que pudiera lastimarse.
Spencer estaba con el cabello desordenado, la ropa mal puesta y desprendía cierto olor que para Blake le era familiar. Sus sospechas fueron mayores cuando vio a Jesse asomarse por la puerta de su habitación.
—No es de tu incumbencia. Ve a hacer lo que estabas haciendo —respondió Blake con tosquedad.
—Si te dejo así, la próxima vez que te vea estarás muerto y ahora te necesito con vida —le dijo haciéndolo sentar en el sillón.
Blake estiró su cuello tratando de ver a Jesse.
—Jesse, ven y dile a tu hombrecito que es incómodo ver su miembro erecto mientras me regaña.
Spencer le dio una cachetada y Blake solo sonrió con sorna ante ello. "Eres un imbécil", le dijo Spencer en su mente.
—Vamos, Jesse, no seas cobarde. Acércate y aléjalo de mí antes de que me provoque —siguió diciendo—. ¿O acaso estás conforme con que bese a tu noviecito?
Blake jaló del brazo de Spencer haciendo que este cayera encima de él. Jesse no dudó en correr para alejarlos.
—Eso, cariño, respeta a tu hombre —se burló Blake.
—¡Cállate la maldita boca de una vez, Blake!
—No es necesario alzar la voz, Spencer. Te escucho perfectamente.
