La banda de crimen organizado más reconocida de Los Ángeles, Feral Boys, no son más que un grupo de amigos que dedican su vida a gastar su dinero en cosas extravagantes y a aniquilar personas igual de extravagantes.
Sus vidas darán un giro inesperad...
Capítulo especial narrado desde la perspectiva de Dream.
"Llevo tiempo conociéndome, llevo más rabia y dolor que mil ejércitos podrían soportar. Fui traicionado, engañado y herido. Créeme cuando digo que ya he cruzado el infierno. Y la única vez que veo paz en mis ojos es cuando te veo a ti. Tú eres la única razón por la que sigo vivo".
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He pasado tanto tiempo muerto que es irreal volver a vivir. No hay día desde que lo conocí en el que no estoy agradecido de que haya aparecido en mi vida, pero la verdad es que no fue una coincidencia. Si George me conoce es gracias a mí. Todos creían que fue un amor a primera vista que simplemente se dio la coincidencia que fuera el hijo de la persona que mató a mi familia, pero no lo fue. Yo sabía quién era George antes de que él me viera. He fingido tanto tiempo ser una persona que no soy que realmente ya no me conozco.
Amo a George más que a cualquier persona del mundo, pero debo admitir que lo he usado para lograr mi cometido. No puedo evitar sentir culpa cuando noto que sus ojos se encuentran con los míos y me dedica una sonrisa, le sonrío de vuelta, ¿pero lo hago de verdad o simplemente quiero demostrarle que le correspondo?
Puedo ver el anillo en mi dedo y el otro en el suyo. ¿Seguiremos hasta la eternidad? ¿Qué es realmente la eternidad? ¿Será que de verdad no existe un final después de todo?
Su espalda está contra la mía y nuestras manos se entrelazan. Por un momento dejamos de ser dos personas distintas y nos volvimos uno solo. Todos estamos aquí con un objetivo. No soy solo yo, no es solo George, ni es solo Karl o Quackity, somos todos uno solo tratando de sobrevivir; tratando de saciar nuestra sed de sangre.
—Te amo —le murmuro nuevamente.
Siento que en cualquier momento mi vida o la suya puede ser tomada y al menos me gustaría que esa sea mi última frase.
No hay silencio absoluto ni en nuestras propias mentes. Es una constante guerra donde ninguno gana por completo. Ellos están muertos y nosotros también. Nada volverá a ser como antes. No todos saldremos con vida de aquí.
Suelto la mano de George para una mayor precisión y disparo. Ya no son personas, son solo números acumulándose a la lista.
También tengo sentimiento y lo que siento por ellos es pena, solo pena. Es una lástima arruinar tu vida de tal forma.
—¿S-sabes... sabes cuántos faltan? —me preguntó George tratando de recuperar la respiración.
—No muchos. No deben quedar más de diez. Hasta ahora no he visto a tu madre. ¿Crees que ya la mataron?
—No, no la han matado. Está justo allá —señaló una de las ventanas—...Está intentando escapar.
—¿Me das los honores?
Con un disparo preciso la bala atravesó su pecho y estoy seguro que si estuviéramos más cerca hubiéramos escuchado el impacto de su cabeza contra el vidrio.
