En un mundo lleno de sentimientos, es preferible no tenerlos. Soy humano y siento. ¿A quién trato de engañar?
Jesse le dió una cachetada. Era la primera vez que le pegaba con malas intenciones. En esa relación, Jesse siempre había sido el más sumiso. Nunca les levantaba la voz. No le gustaba llegar a los golpes ni aunque estuvieran jugando. Hacia todo lo posible para no lastimarlos. Esa vez fue distinto.
Le dió otra cachetada y Rodrigo quedó atónito. ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Oponerse? Se merecía eso y mucho más, era lo que pensaba.
—Eres un hijo de puta, ¿lo sabes? —le dijo Jesse al borde del llanto.
Rodrigo se quedó callado. No decía nada, ni se movía. Recién estaba procesando todo lo que había pasado.
Spencer permanecía expectante. No porque no quisiera hacer nada, sino porque se estaba reprimiendo de asesinar ahí mismo a Rodrigo por hacer llorar a Jesse.
—¿Por qué... por qué nos haces esto?
Rodrigo seguía con la mirada baja sin decir palabra alguna y a Spencer le empezaba a molestar.
—¡Pídele perdón! —le ordenó Spencer agarrando del cuello—. ¡A ver si ahora tienes los suficientes huevos para aceptar tus errores!
—Lo siento... —dijo Rodrigo en un hilo de voz.
—¡De rodillas! —jaló de su cabello con tal fuerza que hizo que soltara una lágrima—. Muestra siquiera algo de arrepentimiento —le susurró al oído.
Rodrigo se sentía completamente humillado. Seguía desnudo tanto su cuerpo como su alma. Sus más temidos pecados salieron a la luz y los había recitado el mismo. Debía pagar por ellos.
—Lo siento. Sé que no merezco su perdón, pero por favor créanme que no fue mi intención. Tampoco toda la culpa fue mía.
—¿Sino de quién?
—Blake. Me dijo que tuviera una cita con Damian, porque necesitaba ayuda con un caso.
—¿¡Blake te dijo que te entregaras como una puta!?
—No... —Rodrigo mordía con fuerza su labio inferior tratando de reprimir sus sollozos. ¿Había algo que pudiera arregla sus errores?—. No era mi intención. Andaba ebrio y no pensaba correctamente.
—¡Todo el tiempo estás ebrio! —Spencer ya había perdido la paciencia para ese entonces.
—Soencer, no le grites, por favor... —dijo Jesse en voz baja, quién había estado callado por un largo tiempo.
Spencer agarró nuevamente a Rodrigo de los cabellos sin tener una mínima pizca de cuidado y levantó su rostro con la intención de que pudiera mirar a Jesse a los ojos.
—¡Este imbécil nos ha estado engañado! ¿¡Por qué lo defiendes!? ¿¡Acaso no puedes notar el pedazo de mierda que es!?
—Spencer tiene razón, no debes defenderme. Yo me lo busqué.
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Feral Boys
ActionLa banda de crimen organizado más reconocida de Los Ángeles, Feral Boys, no son más que un grupo de amigos que dedican su vida a gastar su dinero en cosas extravagantes y a aniquilar personas igual de extravagantes. Sus vidas darán un giro inesperad...