La banda de crimen organizado más reconocida de Los Ángeles, Feral Boys, no son más que un grupo de amigos que dedican su vida a gastar su dinero en cosas extravagantes y a aniquilar personas igual de extravagantes.
Sus vidas darán un giro inesperad...
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-¿Sam?
-El mismo.
-¿Qué haces aquí? ¿¡Y quiénes son toda esta gente!?
Tres personas más se pusieron detrás de ellos y se quitaron la máscara. Eran Sapnap, Karl y Quackity.
-Les dije que no volvieran -dijo Dream molesto-. No los necesito.
-Dream, ¿por una vez puedes dejar terco y aceptar la ayuda que te ofrecen los demás? -le dijo George y todos se quedaron expectantes a la reacción de Dream.
-¿Tú lo sabías?
-Sam tuvo la idea y yo acepté.
-¿¡Y por qué no me dijiste nada!?
-Porque sabía que te negarías.
-Pues tienes razón. Me niego a que nos ayuden. Mi plan está hecho para que lo hagamos solo los dos.
-Necesitamos ayuda, Dream. No vamos a poder los dos.
-Dijiste que podíamos hacerlo si estábamos juntos. Solo los dos.
-¡Mentí, Dream! ¡Es imposible hacerlo solos! Si están todos aquí es porque están de nuestro lado. Es muy tarde para negarnos.
-Es muy tarde para pensar otro plan.
-No necesitas cambiar todo el plan, solo... repartir los papeles. Lo que hacíamos solo los dos, lo repartiremos en treinta.
-¡¡Póngase las máscaras!! -gritó Dream.
-Te amo, Dream.
-Yo también, George.
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Si bien tener a más personas de su lado era bueno, idear un plan en el que se puedan dividir perfectamente las tareas iba a ser difícil.
La misión principal seguía en pie, acabar con todos los Davidson a excepción de George. O por lo menos acabar con las cabecillas de la mafia. Si eso se cumplía lo demás no importaba.
