La banda de crimen organizado más reconocida de Los Ángeles, Feral Boys, no son más que un grupo de amigos que dedican su vida a gastar su dinero en cosas extravagantes y a aniquilar personas igual de extravagantes.
Sus vidas darán un giro inesperad...
"Si las personas amaran tanto como odian, el mundo sería muy distinto. El mundo sería mejor".
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Son justo las tres de la mañana. Su yo más pequeño estaría asustado al estar despierto a esa hora, su yo actual estaba más asustado de dormir. Debía planear cada detalle. Todo debía ser planeado. No podían permitirse improvisar.
Si hay un fallo, debe haber una solución. Si el primer plan no funciona, debe haber un segundo plan. Si el segundo no funciona, debe haber un tercero.
El lápiz recorre la hoja dando pequeños trazos, dejando pequeñas anotaciones o dibujos. Agarra otro papel y sigue trazando por allí y por allá.
Golpea su rostro tratando de mantenerse lo más despierto posible.
Traza y sigue trazando. Su mano empieza a temblar cuando suelta el lápiz.
Una persona contra el mundo.
Todo el mundo contra una persona.
Ambas situaciones suenan aterradoras. ¿Cómo se suponía que iba a conseguir al mundo de su lado? Necesitaba a alguien que peleara con él. Nadie. Nadie excepto George.
La última vez que hablaron fue hace una semana. Dream le había dado todo su dinero que tenía guardado. Recuerda haberle dicho que ya no le importaba lo que hiciera. Recuerda haberle dicho que quería estar solo. Solo recuerda eso.
Después de aquel encuentro, no lo volvió a ver. No logró saber nada de él y tampoco quiso saberlo. Quiso centrarse en sí mismo y tener un tiempo para pensar con claridad, lejos de cualquier contacto humano.
—George —pronuncia en voz baja.
No se escucha nada al otro lado.
—George —vuelve a llamarlo—. ¿Aún estás conmigo?
—Lo estoy —lo escucha hablar con la voz ronca y sabe que lo ha despertado.
Escribe el nombre de George debajo del suyo.
Dos personas contra el mundo.
El mundo contra dos personas.
—¿Lo haces por mí?
—No. Yo también tengo cosas pendientes. Lo estoy haciendo por mí y no por eso voy a renunciar a ti. No estoy ni frente ni detrás tuyo, estoy a tu lado.
—¿Sabes que es muy arriesgado?
—Lo sé, pero estoy listo para arriesgar lo que sea necesario. Prefiero morir peleando a ser un maldito cobarde que solo corre de sus problemas.
—Nunca pensé en encontrar a alguien como tú, George. Te amo. Vamos a ganar esto juntos.
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