11 El pasado toca tu puerta🔥💖

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Kellan regresó a su hogar en silencio esa noche

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Kellan regresó a su hogar en silencio esa noche. Su mente se había transformado en un caos surrealista desde que Andy había regresado a su vida. El rostro lleno de decepción mientras daba la última estocada dentro de él no era algo que fuera a olvidar en un abrir y cerrar de ojos. ¿Cómo podía odiarlo de la misma forma en que lo amaba? Esa intensidad febril, a un punto enfermiza. Una obsesión que lo llevaba a caer más y más profundo. El agua de la ducha recorría su cuerpo al tiempo que se dejaba caer sobre el piso. El peso de la consciencia lo martirizaba.

No podía seguir así. Esta especie de obsesión no era algo para tomarse a la ligera. La necesidad imperiosa de marcarlo, de que su maldita novia lo viera, de que entendiera que le pertenecía a él cada vez que la mujer se mostrara deseosa de hacerle el amor, de que en su mente fluyeran los sonidos de los gemidos de su novio cuando lo embestía hasta el fondo, de que su sangre le hirviera de furia y celos al saber que ella jamás podría lograr lo que él producía en el cuerpo de su noviecito...

Hizo una mueca psicópata al pensar cómo lo recordaría Andrés en cada paso que diera, cada vez que su lindo culo se apoyara sobre una silla. Esa contracción de dolor y el glorioso placer que venía después... Hubiera dado lo que fuera por ver ese gesto.

¿Estaba loco? Seguramente. Después de todo, ¿quién en su familia podría considerarse cuerdo? Esto era él, Kellan Janssen.

Te amo demasiado.

—Ya cállate.

—Es la verdad. Quisiera guardarme toda la cursilería, pero es imposible. No soy como mi hermano.

—No, y adoro que seas así. Por eso estoy contigo.

—¿Y eso de que los hombres no eran tu tipo?

—¿Sabes qué? Los hombres siguen sin ser mi estilo. Solo tú, mastodonte. Solo tú.

Los recuerdos trastornaban su cabeza. Resultaba irónico desear grabarse a fuego en cada porción de la estructura de Andy y no haberse percatado de que el rubio también se había tatuado en él.

Dio un golpe sobre las baldosas tan fuerte que los nudillos seguro quedarían morados luego de eso y pensó en todo lo que había perdido. Lo que más le dolía era haberse extraviado él mismo. La crueldad no era un rasgo de su personalidad. ¿O había estado allí y ni siquiera se había dado cuenta de ello? Tal vez siempre fue un malnacido, un digno hijo de Damon Janssen, el mismo que no dudó en borrar de la tierra a un chico por el simple hecho de enamorarse de su hijo adolescente. Era incapaz de detener este juego. Aprendería junto a Andy el poder de las consecuencias. Se puso de pie, cerró la ducha y se dirigió a su cuarto. Era sábado. Virginia, su madrastra, y su hermana le habían pedido que las acompañara a visitar la tumba de su padre. Una risa amarga se dibujó en sus labios mientras se arreglaba. Había pensado en él toda la semana. En realidad, nunca le había interesado contar con el hombre, pero ahora estaba desesperado, porque la oscuridad le había ganado, y, quisiera o no, se parecía demasiado al tipo que lo había engendrado.

OCÉANO - S.B.O Libro 3 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora