—Bien, si esta propiedad no les convence, podemos ver las que siguen. Coincido con ustedes en que las dimensiones no son las adecuadas. Tómense un minuto para pensarlo. Los dejaré solos.
Era la quinta casa que visitaba con los que al parecer eran los ancianos más indecisos del mundo.
Kellan ingresó a la sala y tomó asiento en el sofá color borravino para revisar su celular. Era Mediodía. Andy se había marchado hacía ya tres horas. Chris le había rogado que fuera a despedirlo, mejor dicho, que no lo dejara marcharse, no de esa forma, pero fue incapaz de hacerlo. ¿Cómo pedirle algo a cambio cuando ya no le quedaba nada que ofrecerle?
Necesito que me busques después del trabajo.
Es importante.
El WhatsApp de Hayden le llamó la atención.
¿Qué sucede?
Tenemos que hablar.
Surgió algo... interesante.
Bien, paso por ti en media hora para almorzar.
Luego de ello guardó el celular en el bolsillo y regresó con sus clientes.
Quince minutos después, Kellan se marchó del lugar con un nuevo triunfo. Había superado su propio récord. Era un gran vendedor de bienes raíces. Se le daba tan natural como respirar. Se montó en su camioneta para buscar a Hayden. Este lo esperaba fuera del estudio fotográfico. El saludo no fue el de siempre. Un leve gesto de angustia se marcaba en el rostro del pelirrojo.
Ya en su hogar, mientras Kellan preparaba el almuerzo, Hayden buscaba información en internet. Se había mantenido callado, tratando de ocultar lo que su cara no podía.
—¿Vas a decirme qué pasa? —El castaño se afirmó en la isla de la cocina.
—La revista me ha encomendado un nuevo proyecto.
—¿Y?
—Debo viajar a los Emiratos Árabes el mes que viene.
Kellan se encogió de hombros. No era la gran cosa, Hayden viajaba todo el tiempo.
—¿Y la novedad cuál es?
—Debo fotografiar al hombre de las treinta esposas y retratar su vida, su familia, sus raíces...
—Hayden, no entiendo a dónde vas con todo esto.
—¿Recuerdas que te dije que solo una vez estuve enamorado?
La expectativa crecía en la mente de Kellan, que intentaba hacer encajar las piezas.
—Cariño, ¿qué está ocurriendo de verdad?
—Debo fotografiar a Karim Lahsen, el hombre del que me enamoré cuando tenía quince años, el mismo que no he olvidado a pesar de haber luchado con ese maldito sentimiento toda mi vida.
ESTÁS LEYENDO
OCÉANO - S.B.O Libro 3 (Romance gay +18)
RomansaEl silencio del océano, la adrenalina recorriéndolo mientras el magnífico tiburón de cuatro metros paseaba a su alrededor... Christopher Janssen amaba el peligro, aquella sensación de vitalidad que le otorgaba, mostrándole al mismo tiempo que era vu...