Ignacio llevaba un mes en ese empleo y no terminaban de cerrarle algunos informes que el equipo contable le presentaba. Tal vez era porque siempre encontraba un error en ellos. Sin embargo, no sabía a quién acudir. En ese contexto, pensó en la única persona que podía ayudarlo. Casualmente, era una que llevaba un tiempo evitando también. ¿Cómo recibiría lo de Chris?
—Ignacio, eres tan tonto. ¿Volviste a caer en su trampa?
Andrés, su primo y amigo, estaba en shock, escuchándolo.
—Andy, por favor, no me juzgues.
—No lo hago, te lo juro, pero es que el tipo es una mierda, sin importar lo bueno que esté.
Algo en esa afirmación elaboró una pregunta inmediata en el cerebro de Nacho.
—¿A ti te parece que está bueno?
Andrés era heterosexual. Jamás lo había visto acercarse a hombres o hablar de ellos con deseo o mencionar algún halago a sus aptitudes o bondades físicas. Escuchar eso fue algo difícil de procesar.
—Bueno, tú sabes, no es un flacucho como yo. Lo que sea, eso no es lo importante. No nos desviemos del tema central aquí. Dime, ¿estás seguro de él?
—Sí, confío en sus palabras, le creo.
Andrés dio un largo suspiro antes de responder.
—Bien, si estás feliz con esta decisión, no voy a interferir. De corazón espero que no te equivoques.
—Andy, necesitaba eso. Gracias.
—¡Qué diablos! ¿Alguien más sabe de esto?
—No, ni siquiera mamá.
—¿Y tus jefes?
—Claro que no. Solo les envié algunos informes y sugerencias para que las aprobaran. Por eso he llamado.
—¿Disculpa?
—Andy, necesito pedirte un favor.
Todos los sentidos del rubio se pusieron en alerta. Ignacio era autosuficiente, totalmente independiente. Esto era serio.
—Nacho, ¿qué sucede?
—Quiero que trabajes conmigo, que formes parte del equipo contable.
Andy se carcajeó.
—Primo, esa estuvo buena. En verdad me divertiste.
Hubo silencio como respuesta, lo cual le reveló a Andrés que no era una broma.
—Bien, esto es oficial: el imbécil de Janssen te jodió hasta los sesos.
—Claro que no. Chris tampoco lo sabe. No estoy nada contento con el desenvolvimiento de estos tipos. Siento que me ocultan cosas. Vamos, te necesito conmigo. Además, tú no tienes empleo fijo. ¿Acaso no te gustaría expandir tus horizontes?
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OCÉANO - S.B.O Libro 3 (Romance gay +18)
RomanceEl silencio del océano, la adrenalina recorriéndolo mientras el magnífico tiburón de cuatro metros paseaba a su alrededor... Christopher Janssen amaba el peligro, aquella sensación de vitalidad que le otorgaba, mostrándole al mismo tiempo que era vu...