Dejar atrás toda tu vida nunca es fácil, eso Candela lo sabe bien. A sus veintisiete años mudarse a Alemania por motivos de trabajo no debería suponerle un acontecimiento tan incierto y aterrador. Sobre todo porque es consciente de que mucha gente m...
ATENCIÓN: Si no has leído el anterior apartado, titulado ADVERTENCIAS te ruego encarecidamente que lo hagas, pues de lo contrario algunas situaciones podrían resultar desencadenantes para ti, así sabrás a qué atenerte.
« — Fuera. Lárgate de mi empresa, de mi casa y de mi vida y no regreses jamás. Maldigo el puto día en que mi padre te contrató.
Las palabras salían disparadas de su boca en un torrente que la dejó paralizada en el sitio, sollozando. Le dolió más que si se hubiera limitado a arrearle un bofetón.
Todo había sido un malentendido. Un horrible malentendido.
En los ojos normalmente fríos e indiferentes de Günther había una ira pura y visceral que la sorprendió, al tiempo en que terminó de partirle el corazón en miles de añicos.
Porque ella era la culpable.
Presa de las lágrimas traicioneras, abrió la boca para tratar de decir algo, lo que fuera, que lo calmara lo suficiente como para que pudieran hablar las cosas con calma.
Sin embargo, no se lo permitió.
— HE DICHO QUE TE LARGUES — bramó, estrellando un jarrón contra la pared con violencia. Los cristales se hicieron añicos y le causaron algunos rasguños en las mejillas y las manos, pero él estaba tan fuera de sí que ni se inmutó.
Candela ahogó un grito al verlo así.
Pero no se atrevió a acercarse más.
¿Entonces todo lo que habían pasado iba a terminar así?
Qué...agridulce.
Sin embargo, una cosa tenía muy clara y era que no iba a rogarle.
Así que asintió, contuvo las lágrimas y con unas crípticas palabras de despedida en las que intentaba ocultar lo destrozada que aquella decisión la había dejado, hizo lo que él le exigía: salir de su vida.
— Aunque no te lo creas siento que esto haya acabado así. Adiós, Günther.
Depositó el collar de diamantes que él le había regalado en su fiesta de compromiso sobre la mesa y se marchó sin mirar atrás.
Él se quedó allí, temblando de pies a cabeza y destrozando todo lo que se le atravesaba. Jamás lo admitiría, pero le dolía dejarla marchar.
Y así, pensando que al otro no le importaba cómo se sentían, ambos se dieron la espalda, acabando con los restos de una relación atípica e intensa que jamás debió haberse dado.
El precio había sido dos corazones rotos.
Todo por culpa de ese estúpido contrato ».
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Empezamosss people, estoy muy emocionada!! Sé que no entendéis nada jajaj esto falta aún mucho para que suceda, lo presento en el prólogo a modo de avance para dejaros con intriga y sembrar drama, que le va a sobrar a esta historia ejeje espero que tengáis curiosidad por saber qué habrá pasado para que el frío e imperturbable Günther se ponga de esa manera con Candela...
Tiempo al tiempo, quédate conmigo y lo averiguarás. Un besote de fresa ❤
