🥀CAPÍTULO QUINCE🥀

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La semana transcurrió con una celeridad pasmosa.

Era increíble lo bien que Candela se había acostumbrado a la rutina en la empresa y, sobre todo, con Günther.

Las primeras noches fueron las más incómodas, pero enseguida lograron establecer unas reglas tácitas de convivencia.

Cenaban todos juntos en familia, luego subían al cuarto y Candela aprovechaba para ponerse al día con los suyos, más tarde -ya preparados para irse a la cama - se sentaban a ver la serie juntos o incluso, los días en que Günther estaba de mejor humor salían a dar una vuelta por los alrededores de la mansión.

Y era...agradable. La vida a su lado no resultó tan mala como se había temido.

Tras el malentendido con los inversores – que lograron solventar convenientemente, por fortuna – no habían vuelto a tener ningún traspié y el proyecto marchaba sobre ruedas, lo cual había mejorado el humor volátil de Günther.

Sin embargo, no todo marchaba sobre ruedas. Y es que estaba preocupada por Suzy.

Llevaba toda la semana apagada, con el ánimo decaído. Concretamente, desde la última conversación que Candela tuvo con Elliot, quien estaba de un humor sombrío.

Y ella sabía sumar dos más dos. No era muy difícil llegar a la conclusión de que debía haber sucedido algo entre ambos, lo bastante grave como para que se comportaran de ese modo poco usual.

Incluso Günther le había comentado algo al respecto.

Pero Suzy se mostraba esquiva cada vez que ella intentaba sacar el tema y Elliot gruñía cuando se la mencionaban.

Así que aquel día Candela decidió tomar cartas en el asunto y abordó el tema con más tacto durante el descanso para comer. Ambas se hallaban sentadas en su mesa habitual de Lux, un bar cercano a la empresa donde los trabajadores solían reunirse cuando acababa su turno.

En aquel momento, por suerte, disponían de intimidad.

Candela logró deshacerse de Max, que quería acompañarlas e invitarlas a algo para –en palabras textuales – que alegraran esas caras, lo cual fue una suerte porque sabía que estando él presente su amiga no soltaría prenda.

De manera que ahí estaban, ojeando la carta meticulosamente como si no hubieran estado allí cientos de veces. Candela supo que Suzy necesitaba ese espacio y no la presionó, era inminente que acabara confesándole lo que la atormentaba. Se le notaba en la cara que quería desahogarse.

— ¿Cómo van las cosas con Günther, Candelita? preguntó, para romper el hielo. Y la aludida lo meditó.

¿Cómo iban?

Bastante mejor de lo que había imaginado.

Y sin embargo...estaba confusa.

— Bien, la verdad es que no puedo quejarme. Aunque bueno, es Günther así que cuando intento conectar un poco con él se cierra en banda. Ya lo tengo asumido confesó, no sin cierta amargura.

Al principio pensó que era por ella, que no le inspiraba confianza. Pero enseguida se dio cuenta de que, de hecho, con el resto del mundo era mucho más hermético.

Las palabras de Elliot ayudaron bastante.

La expresión de Suzy es de pura resignación.

— Ay amiga, siento que sea tan difícil. El jefe es complicado, pero tiene sus razones —declaró y, como si le leyera las intenciones de indagar al respecto, siguió hablando más deprisa —. Elliot es más abierto, o eso pensaba yo. Claro que...

SUYA POR CONTRATO ✔ COMPLETA ©️ {+18}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora