Por favor si te está gustando la historia deja tus votos para apoyarme :3
Debía haber una explicación lógica para todo aquello, pensó Candela. Se le ocurrieron mil y una hipótesis, a cada cual más descabellada, como que estaba sufriendo una alucinación transitoria que la hacía imaginar cosas.
Por muy poco sentido que todas ellas tuvieran, seguro que eran mucho mejores que la posibilidad de que hubiera escuchado bien y acabaran de preguntarles eso.
Mudarse a la mansión.
A vivir.
Con Günther.
Tendrían que compartir la misma cama y...
Ni de coña.
Ni hablar.
Es que se negaba en redondo.
Pero, ¿cómo hacerlo delante de ellos?
¿Qué pensarían si lo rechazaba categóricamente?
Sintió que le faltaba la respiración a causa del agobio y temió seriamente la posibilidad de desmayarse delante de todos. Eso solo la convertiría todavía más en la comidilla de la noche.
¿Es que tenía que pasarle todo a ella?
Ni siquiera atinó a responder como era debido, solo se limitó a farfullar como un pez fuera del agua.
— ¿Mudarme...a vivir...aquí?
Günther esgrimía su mejor cara de póker y fue una suerte que reaccionara con una asombrosa resolución y seguridad, alegando que tenían que hablar de ello en privado porque era demasiado pronto.
— Enseguida volvemos — anunció él, asiéndola de la cintura y sacándola prácticamente a rastras del comedor antes de que pudiera seguir metiendo la pata.
Candela no tuvo tiempo de echar un vistazo por encima de sus hombros para calibrar sus expresiones, pero seguro que se habían quedado bastante desconcertados. Pero es que ellos no podían imaginarse la verdad.
¿Qué iba a hacer? Estaba en una encrucijada, porque si decía que no quedaría mal con los Von Ziegler, pero si decía que sí tendría que compartir habitación – y espacio vital – con Günther y fingir las veinticuatro horas del día ¡y ella no era tan buena actriz!
Había ciertos límites de lo que estaba dispuesta a arriesgar y aquello sería llevar las mentiras demasiado lejos y...
— Candela, por favor, respira. Me estás preocupando.
Jamás creyó oír a Günther pronunciar esas palabras y menos que fueran dirigidas hacia ella, pero siempre había una primera vez para todo.
Hizo lo que le había pedido.
Ni siquiera se había dado cuenta de que habían entrado en su habitación.
¡Estaba a solas en una habitación con Günther Von Ziegler!
No, no en una habitación. En su habitación.
Le estaba resultando todo un reto contener las ganas de salir corriendo, pero no podía actuar de esa forma tan inmadura. Debían resolver esta situación cuanto antes, algo se les tenía que ocurrir, porque si no estaban perdidos.
— Deberías estar preocupado, pero por ver cómo salimos de este lío — casi chilló. Era evidente que no le estaba funcionando demasiado bien eso de no dejarse llevar por el pánico.
— Creo que a menos que digas que sí y te mudes aquí no va a haber forma de salir — soltó, quedándose más ancho que largo (como solían decir en España).
ESTÁS LEYENDO
SUYA POR CONTRATO ✔ COMPLETA ©️ {+18}
RomanceDejar atrás toda tu vida nunca es fácil, eso Candela lo sabe bien. A sus veintisiete años mudarse a Alemania por motivos de trabajo no debería suponerle un acontecimiento tan incierto y aterrador. Sobre todo porque es consciente de que mucha gente m...