CASADA CON KIM TAEHYUNG | KTH | saga #3

veinticinco

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capitulo veinticinco

¿Escapar? Fruncí el ceño mostrando totalmente confusión y que esto no me agrada. Niego con la cabeza y cuando estoy por hablar él me interrumpe dando otro paso más logrando estar cerca de mi. Sigo aferrándome y retrocedo nuevamente.

— Lo que te hizo Taehyung no esta bien.

No entiendo nada, no estamos en la misma sintonía claramente. Me llama por mi nombre y ahora como si fuéramos los mejores colegas del mundo.

— No se de que habla Lee.

— Lo sé, se lo que te hicieron y déjame decirte que estoy contigo.

— HeeSeung, basta no se de que... -me acorraló contra las maderas de los corrales haciendo que me calle de inmediato-

— Te obligaron a casarte... -le miré con algo de miedo, esto me asusta en realidad- Él te obligo. -negó- Estas aquí porque ellos quieren, no mereces esto así que déjame ayudar. Te ayudare a salir de aquí.

—puse mis manos contra su pecho y lo empuje lentamente de mi- No sabes como son las cosas, no te metas y alejate de mi.

— Hyun Mi... -miró a mis labios- Él no te merece.

Tan rápido en cuanto sus labios estuvieron a cortos centímetros de los míos lo empuje tan fuerte como pude alejándolo lo suficiente de mi. ¡Iba a besarme!

— Ni se te ocurra volver a hacer eso. No te metas donde no te llaman. -hice una pausa- Y estoy casada, no me iré. -molesta le miré y me marché enseguida-

Taehyung... No dejo de pensar en mi esposo. ¿Cómo le diré de esto? Estoy segura de que me va a creer y que pondrá manos sobre el asunto. Solo esperare a que vuelva del trabajo y buscare el momento perfecto para hablar con él.

— ¡Buu! -tocan mis hombros-

— ¡Ahh! -grité cerrando mis ojos con fuerza- ¡Yah! Taehyung. -dije molesta entre dientes para golpear su brazo, no deja de burlarse de mi riéndose en mi cara- Me vas a venir matando de un susto.

—terminó de reír- Ya, esta bien mi amor. -me abrazó-

¿Mi amor?

— ¿Mi amor? -me quede paralizada mirándolo de reojo-

— ¿Qué? ¿No te gusta que te llame así? -me miró algo triste-

— No, no es eso, solo... Es que nunca me habían dicho así. -sonreí- Es lindo. Me gusta.

—sonrío mostrándome sus dientes- Me alegra escuchar eso. -dejo un casto beso en mi mejilla- ¿Cómo me dirás a mi?

—me encogí de hombros- Eso tendré que pensarlo. -me giré sobre mis pies para tenerlo de frente- Llegaste. Ni siquiera escuche el auto.

— Estuve todo el día pensando en ti. -mordí mi labio sintiendo mi cara sonrojada- Te extrañe.

— También te extrañe. -deje un casto beso en sus labios-

— ¿Sabes? He pensado mucho... Todo se ha hecho repetitivo ¿no crees?

— Mmh, si. ¿Pero qué se le puede hacer? -me encogí de hombros- No hay mucho que hacer en casa.

— Claro que se puede hacer algo. ¿Hay algo que quieras hacer? -me quede pensativa- Podemos... Hacer lo que quieras, o solo tú.

— Me guastaría que hiciéramos algo juntos. Pero no lo sé. ¿Tienes algo en mente?